China, 1912. El partido Kuomintang derroca al último emperador de la dinastía Qing y funda la República China en la provincia de Nanjing. Fue el primer paso para un partido nacionalista que quería a toda costa su independencia. Pero no sería fácil. Recién en 1949 y luego que se rompiera la tregua con el Partido Comunista de Mao Tse Tung, tras la derrota de Japón en la II Guerra Mundial, el Kuomintang abandona China junto a dos millones de habitantes para trasladarse, con ayuda de EEUU, a la isla de Taiwán. Allí iniciaron un nueva República.
Parte de esta historia se resume en la muestra fotográfica Repasando nuestros pasos, que recoge,desde mañana en la Corporación Cultural Montecarmelo, más de 60 imágenes con los hitos de Taiwán, partiendo desde la histórica revolución de 1912.
El traslado a la isla también fue duro. Pensaron que sería algo momentáneo, que el régimen comunista caería pronto y recuperarían sus tierras. En la isla replicaron el aparato gubernamental chino, y Chiang Kai-shek siguió gobernando. "Por décadas vivieron un sistema irreal, pensando que volverían al continente", dice Leyla López, diplomada en Estudios Asiáticos, de la Oficina Económica y Cultural de Taipei en Chile. Recién en 1987 se acabó la ley marcial y los taiwaneses pudieron votar e implantar sus leyes. Hasta hoy, China no los reconoce como país independiente.
En la isla partieron basando su economía en productos agrícolas, como piñas y caña de azúcar. Luego, buscaron el desarrollo que hoy los tiene como una de las repúblicas comerciales más prósperas. Actualmente, Taiwán es uno de los principales inversores en China y sus relaciones se mantienen estables.
En las fotos está la vida cultural y social de Taiwán: se ven las escuelas donde se enseñaba chino mandarín, la construcción de carreteras, los juegos de béisbol, danzas tradicionales y marionetas.
La exposición se complementa con un ciclo de cine, que parte el 11 de agosto con Comer, beber, amar, primera película de Ang Lee, el director de origen taiwanés más famoso, y sigue con otros tres filmes que intentan mostrar el panorama actual de la cultura en China y Taiwán.