La Junta Electoral egipcia decidió prorrogar una hora, hasta las 21.00 hora local de hoy, la última jornada de votación en los comicios presidenciales, al igual que hizo ayer, según la televisión estatal que no ofreció más detalles.

Durante el primer día del balotaje, el presidente de la Comisión Electoral Suprema de Egipto, Faruq Sultán, tomó la misma decisión para dar la oportunidad a un mayor número de gente para depositar su sufragio.

Debido a las altas temperaturas diurnas es posible que muchas personas acudan a votar a última hora de la tarde.

Unos 51 millones de egipcios están llamados a elegir entre el islamista Mohamed Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes, y el general retirado Ahmed Shafik, último primer ministro del ex Presidente Hosni Mubarak, en unas elecciones cargadas de incertidumbre y tensión.

Más de 14.000 jueces supervisan el proceso en los 13.100 colegios electorales de todo el país, apunta Efe.

El ganador de las elecciones será anunciado oficialmente el jueves, pero el resultado podrí­a conocerse tan pronto como el lunes por la mañana, sobre la base de encuestas de salida no del todo fiables realizadas por equipos de campaña y muestras de votos escrutados en todo el paí­s.

ESCENARIO
Los dos dí­as de votaciones siguen tras una semana de drama polí­tico, en la cual las fuerzas armadas declararon una ley marcial de facto y los jueces, nombrados por Mubarak antes de ser derrocado por una sublevación popular el año pasado, disolvieron el Parlamento electo libremente, dominado por los islamistas.

Se espera que los generales que asumieron el poder tras la salida de Mubarak hace 16 meses detallen esta semana los poderes del nuevo Presidente y nombren un panel de 100 miembros para redactar una nueva constitución, medidas que reforzarán el poder de los militares sobre el destino de la nación, consigna la agencia AP.

Para los activistas detrás de las manifestaciones masivas de 18 dí­as que terminaron por derribar el régimen de Mubarak, luego de 29 años en el poder, la elección parece una broma cruel que destrozó su sueño de un nuevo Egipto: libre, democrático y sin ningún rastro del viejo sistema.

Ziad el-Oleimi, una figura emblemática de la revuelta contra Mubarak, en la que murieron casi 900 manifestantes, dijo que "esta elección es esencialmente para escoger un nuevo dictador". "La revolución continuará y restaurará el derecho de quienes murieron en el levantamiento", agregó.