"Comenzó como un tren llegando a un andén. La señora de la tienda nos dijo que estuviéramos tranquilos, que era solo un temblor. Luego ella nos tomó por las manos y nos fuimos por las escaleras". Así recuerda el brasileño Patrick da Ros (36) el sismo magnitud 6,9 que vivió en el Paseo Ahumada.
Da Ros llegó el domingo, y un día en el país le bastó para experimentar su primer movimiento telúrico. "Todo fue muy rápido. No hemos tenido tiempo de entrar en pánico. Es extraño, no es una cosa normal", dice el turista.
En tanto, al irlandés Sean O'Sullivian (27) el sismo lo encontró en el Costanera Center. "Estábamos nerviosos, porque habíamos sentido algo así en Irlanda. Aunque allá no hay terremotos, pero todo el mundo alrededor estaba calmado".
El evento sorprendió a los recién llegados, pero no a los extranjeros residentes. Ellos dicen estar adaptados. Por ejemplo, el haitiano Yvenet (30), quien llegó hace seis años al país, dijo: "Estoy un poco más acostumbrado, pero para mi hermano, que lleva poco tiempo acá, fue horrible, porque se asustó mucho y no quiso subir más al edificio".