Son las 8.30 de la mañana del miércoles 8 de agosto de 2012, y en una calle de Cerro Navia se vive un movimiento especial: es día de feria libre y los primeros comerciantes que llegan al lugar se encuentran con una buena parte de la cuadra cerrada y custodiada por carabineros, mientras decenas de personas circulan moviendo cables y cámaras. "¿Qué están haciendo?", pregunta un hombre, mientras se hace la idea de que tendrá que ir a otro lugar a vender ropa usada, y una vecina responde: "Van a grabar ese programa de las casas que reconstruyen".

Extreme makeover: home edition es el nombre del espacio, que tuvo nueve temporadas en Estados Unidos y que en 2012 grabó sus primeros episodios en América Latina, para el canal Infinito (señal 40 en VTR). Fueron cuatro casos en México, cuatro en Argentina y dos en Chile, que se emitirán mañana -el de una familia de Renca que tuvo daños en su casa para el terremoto de 2010- y el jueves 17, el de los Herrera Ramírez, de Cerro Navia.

Aunque no lo sabían, la familia había sido elegida hace meses por la productora Endemol, que se hizo cargo de la producción en toda la región. "Llegamos a ellos a través de la municipalidad. 'Popa' (la madre de familia) es conocida y muy querida por su trabajo con niños discapacitados", explica Consuelo Silva, productora ejecutiva de Endemol Chile. Y esa fue la tónica que marcó la búsqueda de los 10 casos latinos: que fueran familias destacadas y reconocidas por la comunidad, y que además cumplieran requisitos como tener un terreno propio, al que pudieran acceder los equipos de construcción.

"Vivo en esta casa desde hace 22 años con mi marido. Ahora vivimos con dos hijas, dos sobrinas y mi hermano. Había visto el programa de EE.UU. y pensaba que podrían ayudarnos a nosotros, pero no me imaginé que fueran a hacer el programa acá y nos fueran a elegir", dice Gladys Ramírez, que es conocida como "Popa" y que ya antes había estado en televisión: en 2010, la Teletón mostró la historia de su hija Camila (22), una joven que tiene osteogénesis imperfecta y se mueve en silla de ruedas. Al hacerse cargo de ella, Ramírez fue entrando en el mundo de los discapacitados y fundó una casa de acogida para niños con discapacidad física y mental en Cerro Navia, y también un hogar en Sagrada Familia (VII Región).

La mujer y su familia estuvieron 45 días fuera de su casa -de vacaciones en la V Región-, mientras ésta era demolida y reconstruida desde cero, en un trabajo que era observado por los vecinos del lugar. Los comentarios no eran unánimes: se mezclaban quienes opinaban que la familia merecía esta remodelación con otros que se preguntaban por qué habían elegido una casa que se veía en buen estado sobre otras más precarias. "En este caso, era una casa linda, pero que presentaba muchos problemas para Camila. En todo caso, nunca hubo un problema con los vecinos", comenta Manuel Marti, gerente de producción de los canales Turner.

Fue un equipo de cerca de 80 personas el que trabajó en cada uno de los casos de un programa que contó con un presupuesto de US$ 3 millones, además de los auspicios que se consiguieron en cada país para hacer las construcciones. Junto con este equipo trabajó un grupo de conductores, liderado por el mexicano Benny Ibarra y la colombiana Sonia Velásquez. En Chile, a ellos se sumaron dos invitados locales: la diseñadora Francesca Bassi y el arquitecto Marcial del Río. "Más allá del programa de televisión, esta fue una experiencia maravillosa", recuerda Del Río, que participó de todo el proceso de construcción en Chile y estuvo ahí cuando, a inicios de octubre, los Herrera Ramírez recibieron su casa remodelada. Es el momento cúlmine de la grabación, en el que se mezcló el llanto emocionado de toda la familia con los vítores de los vecinos, que esperaron entre aplausos y cantos de "se lo merece" que se moviera el bus que tapaba la nueva construcción.

"Fue un impacto enorme, porque yo no había visto nada del proceso y el cambio fue muy grande, más por dentro que por fuera. Quedó más amplia, más cómoda y muy bonita, con todos los espacios bien ocupados y mucho más cómoda para la Camila, que ahora se puede mover de forma independiente", enumera Ramírez, hablando del ascensor para silla de ruedas que ahora está instalado en la escalera de su casa.

Con el caso de Ramírez y su familia se cierran las emisiones de una producción para la que se evalúa hacer una segunda temporada, mientras que Endemol trabaja un modelo que le permita replicarlo en la TV abierta local.