Exxon Mobily, Chevron y ConocoPhillips, las mayores compañías petroleras de Estados Unidos, pedirán a los legisladores que no las castiguen por el daño humano y ambiental infligido por el derrame de petróleo de British Petroleum (BP) en el golfo de México.
El máximo responsable de Exxon, Rex Tillerson, su homólogo de Chevron, John Watson, y James Mulva, el jefe ejecutivo de ConocoPhillips, tienen cita mañana para atestiguar ante un panel de la Comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes que examina la seguridad de las perforaciones en alta mar y la política energética de Estados Unidos.
La audiencia da a los jefes ejecutivos de compañías petroleras estadounidenses la oportunidad de distanciar sus compañías de BP, dijo Anthony Sabino, que enseña derecho de petróleo y gas en la Universidad St. John's en Nueva York. BP ha perdido 43% de su valor de mercado desde el desastre y ha sido fustigada por el presidente Barack Obama por sus repetidos fracasos en los intentos de taponar el pozo surgente.
"Una crucifixión de toda la industria petrolera por los pecados de BP en la forma de una prohibición de perforar en aguas profundas no es una buena idea porque mire cuánta gente quedará sin trabajo", dijo Sabino. "Exxon y ConocoPhillips harán hincapié en sus propios antecedentes de seguridad para defender sus argumentos".
Desde la explosión del 20 de abril en la plataforma de perforación Deepwater Horizon que mató a 11 personas, más de 50 millones de galones de crudo han sido vertidos en el golfo desde el pozo perteneciente a BP, sobre la base de cálculos del panel gubernamental.