Terno azul marino y corbata al tono. El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, llegó a la Cámara a enfrentar la interpelación de la diputada (UDI) María José Hoffmann vestido como para asistir a un funeral. En las tribunas las pasiones de los invitados recreaban las galerías del Estadio Nacional en un día de clásico, con cánticos, lienzos y gargantas desgastadas. El desalojo terminó la "fiesta" rápidamente, mientras abajo el "partido" pasaba de los minutos de estudio al juego brusco.
"Su reforma va a significar el cierre de muchos colegios. Qué lástima ministro que no haya aprovechado la oportunidad de ofrecerles disculpas a los miles de apoderados que se van a ver afectados", reclamó la parlamentaria del distrito 15.
Al frente, Eyzaguirre apostaba a no caer en el "juego rival" y respondía con un discurso estudiadamente armado... Hasta que en un momento sacó uno de los tantos papeles que acomodó a un costado de su estrado para anotar su primer "gol". El documento mostraba un gráfico que daba cuenta del total de colegios cerrados en Chile en los últimos años.
"Hasta el momento no tenemos solicitudes de cierre de colegios y tampoco transferencias… ¿Cuántos colegios han cerrado en los últimos 15 años?… Tres mil colegios, con una tasa anual de más 150 establecimientos, dejando a los padres sin colegio y con la necesidad de buscar dónde poner a los niños… A 270 mil alumnos que han sido transferidos contra su voluntad, porque el colegio cerró y han incrementado sus tasas de repitencia en un 40%", explicaba.
Eso no fue todo, porque Eyzaguirre tenía más que decir. "Esos tres mil colegios , muchos de ellos han dejado la infraestructura, que ha sido subvencionada con los impuestos de todos los chilenos, inutilizable. Lo que ha cerrado colegios ha sido la competencia salvaje que este modelo de mercado nos ha metido. No la reforma. La reforma nivela hacia arriba a todos los niños y niñas".
El ministro también aprovechó la ocasión para confirmar que el gobierno repondrá en el Senado la indicación que permite el arriendo a sostenedores y criticó al Congreso por la lenta tramitación del proyecto de inclusión escolar. Además, abrió la opción de que la reforma permita la apertura condicionada de colegios cuando "el proyecto educativo sea diferente".
JUGADA DE LABORATORIO
El argumento de Eyzaguirre puede ser comparado con lo que en el fútbol se conoce como "jugada preparada". Un dato que el ministro tenía guardado bajo la manga y que le permitió salir a reforzar una de las mayores debilidades que su propuesta genera en los apoderados: que la reforma signifique el cierre de colegios.
La jugada no se "preparó" exactamente en las dependencias del Mineduc, sino que en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. Allí tres profesores -Daniel Hojman, Alejandra Mizala y Nicolás Grau- decidieron trabajar sobre la tesis de un alumno, Cristián Labra (coautor), para elaborar un estudio sobre la dinámica de entrada y salida de colegios del sistema, desde 1990 a 2013.
"El estudio está aún en proceso, por eso no puedo hablar con tanta propiedad de las conclusiones. Me sorprendió cuando vi que el ministro mostró el gráfico y dio el argumento", explica Nicolás Grau, del departamento de Economía de la U. de Chile.
"Lo primero que uno tendría que decir es que Chile se ha caracterizado por una gran entrada y salida de colegios a lo largo de su historia. Sin embargo, lo que es una característica excepcional es el hecho de que salgan muchos colegios. Tal como señaló el ministro, una medida conservadora habla del cierre de 3.000 colegios en los últimos 15 años", dijo.
¿A qué dependencias corresponden esos colegios que cerraron?
En términos de salida, el número de municipales y particular subvencionados es más o menos parecido, en torno a los mil. Los particulares pagados son un poco menos, en torno a los 800 por ahí. Estas son las cifras conservadoras que nosotros tenemos, por eso a mí me sorprendió mucho el comentario del diputado de la UDI (Jaime Bellolio), que dijo que en 10 años se han cerrado solo 500 colegios.
¿En qué fuentes se han basado?
Hay distintas fuentes, pero el Mineduc tiene datos oficiales de estas cosas y esas son las más conservadoras. Desde 2000 en adelante hay bases de datos, entonces es más fácil saber qué colegio se cerró.
¿Cómo es la distribución de estos cierres?
Es bastante variado, hay algunos que son rurales y otros urbanos. Obviamente las entradas (aperturas) son mayoritariamente en los lugares donde hay expansión, porque tal como dijo el ministro, las entradas en un escenario conservador, están en torno a 4.500 colegios en ese mismo período. Ahora un punto que yo creo que puede ser importante de lo que nosotros estamos estudiando es que el sistema educacional chileno está funcionando como funciona cualquier industria en el mercado. En todas las industrias hay entradas y salidas, de hecho hay una tesis que compara las entradas y salidas de los colegios con otras industrias.
¿A qué se refiere?
En términos de cantidad de empleados, tamaño de la empresa. Ese sería más o menos la comparación. Lo excepcional no es la entrada y salida, sino que en este caso no se provocan los beneficios que se generan en otras industrias, otros sectores de la sociedad. Entonces en otros sectores uno puede generar muchas entradas y salidas, pero que generan innovación.