El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, señalo en el consejo general del PPD que si no se logra sacar adelante con éxito la reforma educacional "nuestros hijos y nietos van a vivir en un país enfrentado".

El ministro partió su exposición en la cita agradeciendo el apoyo de parte de todo el partido y del gabinete de la Presidenta Michelle Bachelet.

Tras ello explicó porque asumió este desafío: "Muchos me preguntan qué tuve en mente para aceptar un desafío tan difícil y sentamre en lo que se llama la silla eléctrica y lo que yo diría es que es tan emocionante la posibilidad de colaborar con la Presidenta y con este gabinete en una transformación cultural por la que este pueblo ha luchado toda su vida, que de verdad se aguantan fácilmente los golpes".

El ministro aseguró que junto a la reforma tributaria y al binominal se constituirá "sin dudas alguna y los historiadores lo verán con el tiempo, la marca que aquí se abre un nuevo Chile y si eso no fue posible antes no fue porque hubiese faltado inteligencia o capacidad de lucha, sino que porque lo que estamos tratando de acometer es increíblemente difícil".

Eyzaguirre también planteó que un sostenedor le había preguntado: "cuál es el problema con que haya una educación para ricos, para clase media y para pobres, sin arrugarse".

"Todo es el problema y será materia de historiadores y sociólogos, pensar porqué este pueblo salió a la calle para protestar por una educación pública, gratuita y de calidad para todos, mi particular interpretación es que no es sólo producto del obvio problema de coerción social que produce el que según donde hallamos nacido es la escuela donde podamos ir y al trabajo a que podamos optar, sino porque de alguna forma el modelo de desarrollo de Chile llegó a un momento en que si no cambiamos nuestra estructura educativa nos vamos a estancar, no vamos a poder seguir desarrollándonos. Es obvio, le contestaríamos a ese sostenedor, dado que los talentos se distribuyen de manera uniforme, y sólo los talentosos ricos tienen acceso a buena educación, el país, en el mundo de la sociedad del conocimientos, simplemente no va a poder desarrollarse".

Por eso, enfatizó en que "cuando uno llega la esa convicción, uno dice que uno tiene que luchar por esto, aunque sea lo último que haga en la vida, porque esto no es sólo por mí, por el futuro de mi hijo, o por el de los hijos de los que creemos en la Presidenta Bachelet, es por el futuro de todos los hijos de Chile, de lo contrario, si no tenemos éxito en esta reforma nuestros hijos y nuestros nietos van a vivir en un país enfrentado, frustrado, dicotomizado, desangrado. Tenemos que lograr esta reforma educacional, porque es el salto que finalmente nuestra historia nos ha puesto como desafío".