Todos los días me llega información del estado de salud de los dos (comuneros en ayuno)", sostuvo el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. Así lo aseguró ayer, antes de ingresar a la Catedral de Concepción, para presidir la misa de clausura del primer Congreso Nacional de Jóvenes Católicos.
Desde hace 76 días, los líderes de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul y Ramón Llanquileo, mantienen un ayuno al interior de la cárcel, por la que autoridades eclesiásticas han manifestado su preocupación.
Mientras Llanquileo está recluido en el penal de Angol, Llaitul ayuna en la cárcel El Manzano, en Concepción.
Respecto del rol que está cumpliendo en este momento la Iglesia Católica en el tema, Ezzati dijo ayer que en Concepción "el obispo en este momento es monseñor (Fernando) Chomalí, y en La Araucanía es el obispo de Temuco (Camilo Vial), quien también está interviniendo y por consiguiente a ellos les corresponde directamente encabezar el tema".
Ezzati -quien antes de asumir como arzobispo de Santiago lideró a los feligreses de Concepción- planteó que la intervención de Chomalí y Vial es suficiente, y no se requiere que él se ofrezca como facilitador del diálogo entre comuneros y el gobierno, como ocurrió en septiembre de 2010, cuando dirigía la Iglesia Católica en la VIII Región.
Tanto Llaitul como Llanquileo fueron condenados por el ataque al fiscal Mario Elgueta, en octubre de 2008, y por el delito de robo con intimidación.
Para presionar por la revisión de sus procesamientos judiciales y el acceso a beneficios carcelarios, realizan un tercer ayuno voluntario.
El pasado 11 de enero, el Juzgado de Garantía de Cañete rebajó en dos años la condena contra Llaitul, sobre quien pesaba una pena de 14 años y un día.
Durante el fin de semana, Llaitul fue visitado por la eurodiputada Ana Mirada, quien estuvo más de dos horas con el líder de la CAM al interior de la cárcel El Manzano de Concepción.
A la salida del encuentro, Miranda se mostró preocupada del estado de salud del comunero, haciendo un llamado al gobierno y a la justicia para que solucionen la problemática que lo afecta.