El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, se refirió a la carta enviada esta semana por un grupo de chilenos al Papa Francisco en respaldo a los sacerdotes Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos.
Ezzati, a través de un comunicado citado por EFE, recalcó que todos "tienen todo el derecho de presentar sus opiniones al Papa".
<strong>"Esa libertad naturalmente se confronta con la sabiduría del Santo Padre, el cual sabrá dar la respuesta que él estime, pero ellos son personas libres, maduras, algunas cristianas. Lo que es importante para mí es cumplir con mi deber y creo que en eso estoy",</strong> recalcó el arzobispo.
Pese a esto, el arzobispo insistió en que "no ha habido ninguna denuncia ni de mi parte ni de otras personas".
La carta enviada el pasado 21 de octubre surgió en rechazo a la información publicada por La Tercera, respecto de que a través de una solicitud de la Nunciatura Apostólica, Ezzati había entregado antecedentes de declaraciones Puga, Aldunate y Berríos en temáticas como la desigualdad o las parejas del mismo sexo. Las posturas de los sacerdotes serían analizadas por la Congregación para la doctrina de la fe.
"Lo ocurrido no es un hecho aislado sino el síntoma de una grave crisis que vive nuestra Iglesia chilena en general, y la Iglesia de Santiago en particular", decía la misiva.
Junto con esto, se agregaba que "consideramos necesario compartir una mirada objetiva de la situación, ofreciendo un testimonio de la vida sacerdotal de los hermanos cuestionados".
Puga -quien es apodado como el "cura obrero"- declaró en junio de este año que "la Iglesia, en vez de ser la que destruía el concepto de clases, lo fortaleció: colegios para los pobres, otros para los indígenas, otros para la clase alta".
Aldunate, en tanto, se declaró a favor del matrimonio homosexual. "El homosexual tiene derecho a amar y compartir su vida con otra persona". "La Iglesia es anticuada", dijo el jesuita.
Berríos, también jesuita, creó la iniciativa "un techo para Chile", de construcción de viviendas por parte de jóvenes voluntarios para los habitantes de campamentos precarios, iniciativa que se ha extendido a varios países de la región y regresó recientemente al país tras varios años de misionero en África.