A fines de los 80, el escritor argentino Fabián Casas vino por primera vez a Chile. Tenía 22 ó 23 años, no se acuerda. Lo que no puede olvidar es que arrasó con los libros de Enrique Lihn, Diego Maquieira y Raúl Zurita que encontró en la calle San Diego. Tampoco olvida los tres días que pasó en Villa Alemana, donde el poeta Juan Luis Martínez lo acogió en su casa, le habló de la Escena de Avanzada y le dio consejos para su poesía. Nunca más dejó de cruzar Los Andes. Casas hizo amigos en Chile, pasó temporadas en Horcón y ahora vuelve para participar en la Feria del Libro de Santiago.
"Vengo porque me gusta Santiago, no para representar a mi país, eso es una estupidez", dice a pocas horas de llegar. Más parecido a un rockero que a un escritor, Casas es un iconoclasta autor de poemas, cuentos y novelas callejeros, nostálgicos y pop, textos en los que mezcla todas las fuentes posibles: rock, filosofía, periodismo, fútbol. "No tengo imaginación. Me gusta laburar como un soldador. Soy un mestizo, les robo a todos", dice.
AIRA, UN AGUJERO NEGRO
Autor de libros de poemas como El salmón y El spleen de Boedo, la novela Ocio, y los cuentos Los Lemmings, en 2007 publicó Ensayos bonsái, un volumen inclasificable de crónicas y reflexiones por el que aparecen Andrés Caicedo, Leónidas Lamborghini, William Faulkner, Juan José Sáer, Bob Dylan, Spinetta y Charly García. El libro se abre con un texto sobre Julio Cortázar que incluye una frase provocadora: "(César) Aira le hizo mucho mal a la literatura". Aquí lo explica: "César para mí es un genio, pero produjo un spam airiano. Produjo un montón de novelitas airianas. Y todas esas novelas que giran en torno a ese agujero negro que es la obra de Aira, mueren devoradas. Pero no es culpa de César, él es un gran escritor".
Sin embargo, Casas no cree que Aira sea el único gigante de la literatura argentina actual. Ni Fogwill ni Ricardo Piglia ni Ernesto Sábato. "Lo peor que te puede pasar, es formar parte de una literatura que tiene un solo escritor. Eso habla de la precariedad de una cultura. Siempre me llamaba la atención cuando venía a Chile, que aquí estaba esa idea del poeta número uno, el número dos, el número cuatro. Es raro. En Argentina es como un implosión, hay de todo".
Aunque amplio, Casas no quiere ubicarse en el espectro literario de su país. Casas no se mezcla con intelectuales. "Si vos te pensás dentro de la literatura argentina, no podés escribir. Te conviertes en un estúpido, porque querés representar un país, que es lo peor que puede existir para mí. Pero si sacás lo de argentino, igual pasa: si te pensás dentro de la literatura, también eso te impide escribir. Empezás a pensar que sos un literato, un escritor. Creo que te pueden estimular Juan Luis Martínez y también cómo empezó Holanda jugando con Alemania en la final del Mundial de 1974: el inicio de ese partido de fútbol es uno de los grandes comienzos de la literatura", asegura.
Niños y rock & roll
Ilustrado por el cantante de rock Santiago Barrionuevo, Rita viaja al cosmos con Mariano es el primer libro infantil de Fabián Casas. Historia de aventuras fabulosas, el título viene del nombre de una banda de rock: Prietto Viaja al Cosmos con Mariano. Todo puede ser rock & roll, según Casas: "Pienso que todos mis relatos son infantiles en algún nivel. Tienen esa cosa infantil que tienen las canciones de Nirvana, que tienen eso encantador de los cuentos para niños: el primer cuento que nos cuentan es el que guardamos toda nuestra vida".