Era la gran fiesta después del apretón inicial, el festín que se espera con ansias tras el intenso aperitivo que despierta el apetito. Así al menos era el ambiente de ayer en el estadio Bicentenario de La Florida, donde Faith No More dio su segundo concierto en Chile, tras la imborrable jornada del pasado jueves, en el Caupolicán.

La atmósfera era casi de un match futbolero: cerca de 300 carabineros acordonaron el lugar y el perímetro se cerró en seis cuadras. Los ingresos fueron fluidos, casi sin desmanes, lo que confirma al estadio de Audax Italiano como uno de los lugares más apropiados para espectáculos masivos en Santiago.

Pero la tranquilidad reportada en las cercanías del recinto contrastaba con el explosivo fervor desatado en su interior: ahí todo era una caldera.

Con cerca de 25 mil personas repletando el sitio -lo que convirtió al espectáculo en el más masivo de los estadounidenses en el país-, el personal de seguridad a momentos se vio sobrepasado por cerca de una decena de fans que saltaron de Cancha al sector VIP. Carabineros informó de 35 detenidos.

La aparición de Sepultura como teloneros, a las 20 horas y con un puñetazo de thrash metal propio de su repertorio, agitó aún más el ambiente. Pero la salida de Faith No More, a las 21.50 horas, volvió a desordenar el naipe.

Como si se tratara de uno de los tantos quiebres de su música, empezaron con un tema de clara inspiración pop, lento y pausado, casi en las antípodas del nerviosismo expectante de su hinchada: un cover de Reunited, del dúo vocal Peaches & Herb.

Mike Patton apareció vestido como un gigoló clásico, con traje plateado, cadena al cuello y flor en la solapa. El resto del conjunto despuntaba la misma facha.

El listado de canciones casi no sufrió alteraciones con respecto al show debut, aunque varió su orden y sumó hits como We care a lot. En vez de saludos a Vodanovic, Patton igual desenfundó sus gracias: se calzó una chupalla durante casi toda la cita, lanzó el pedestal del micrófono y animó a la gente con el clásico "ceacheí".

Sobre el final, se bajó a cantar cerca del público y terminó con el micrófono destrozado. Para la anécdota, el sonido sufrió fallas técnicas y se esfumó en We care…, aunque el grupo casi ni se inmutó.

La banda dejará hoy Chile con rumbo a Buenos Aires. Anoche planeaban celebrar en el salón Cienfuegos de Bellavista. El canal Vía X registró ambos eventos y los emitirá en las próximas semanas.