El emblemático centro comercial de Mall Aventura Plaza en Cusco, que contempla una inversión de US$ 60 millones, sigue sorteando trabas para lograr el visto bueno de la autoridad del lugar. Esto, a cuatro años de que la filial del grupo Falabella, controlada por la familia Solari, haya iniciado los trámites de cambio de zonificación requeridos para poder construir el mall ubicado en el distrito de Wanchaq en Cusco, donde se ubicaba una ex estación de trenes.
Así lo señaló el gerente general de Falabella Perú, Juan Fernando Correa, al medio peruano El Comercio, en el marco de la apertura de su nuevo centro comercial en Arequipa. Allí explicó que están trabajando firme en que la autoridad dé luz verde al proyecto.
"Este es un proceso que ya hemos iniciado hace un buen tiempo y esperamos que las autoridades den el visto bueno, a fin de que en la zona se genere una mayor competencia, ya que a la fecha solo opera un centro comercial en la ciudad", explicó, añadiendo que esperan que el mall pueda concretarse dentro de los próximos tres años, pero que esto dependerá de la gerencia de desarrollo Urbano y Rural del Cusco y de la Municipalidad de Wanchaq, quienes deberán realizar los cambios necesarios para poner en marcha el centro comercial.
El conflicto
A fines del 2013, Gemma Negocios sociedad integrada por las empresas Aventura Plaza (Mall Plaza)y el desarrollador Grupo Quimera, iniciaron los trámites con la Municipalidad de Wanchaq, para realizar los cambios de zonificación que se requieren para poder construir un centro comercial en la antigua estación de trenes de esa zona. Esto, con el objetivo que el municipio otorgase la categoría de zona comercial a esa área para luego iniciar su edificación.
Y pese a que en 2015, el municipio entregó los permisos pedidos por la empresa, la gerencia de Desarrollo Urbano de Cusco decidió rechazarlos, argumentando que una porción de Wanchaq es parte de la zona protegida del Centro Histórico, lo anterior, pese a contar con la aprobación del Ministerio de Transportes del Perú.
Por está razón, en junio de 2016 la compañía decidió demandar al municipio ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), por imponer barreras burocráticas al demorar la aprobación del cambio de zonificación, denuncia que el regulador decidió acoger, multando al municipio por US$ 9.790. Pero eso no bastó para conseguir los permisos.
Además de los problemas con el centro comercial en Cusco, la compañía también está tramitando la puesta en marcha de Aventura Plaza y Open Plaza en Tacna, que requieren de cambios regulatorios en la zona para iniciar las obras. A esto se le suma un nuevo mall que la compañía empezará a construir en 2018 en la ciudad de Comas, que implicará una inversión en torno a los US$ 80 millones.