Podrá irse Julio César Falcioni, pero las interrogantes permanecen en San Carlos de Apoquindo, con el plantel cruzado firmando una de las temporadas más tristes que se recuerden. El responsable directo, el técnico argentino, finalmente fue despedido por los malos resultados conseguidos en la campaña y tras seis mese en el cargo. Sin embargo, el manto de dudas ahora se cierne sobre otros nombres al interior del club, con José María Buljubasich encabezando la lista. 

La historia comenzó en julio del 2010, cuando el "Tati" fue anunciado como nuevo Gerente Técnico del club, poco después de su retiro del fútbol en Olimpia de Paraguay. En sus primeras palabras, señaló que era "un honor y estoy eternamente agradecido. Es un desafío importante y de mucha responsabilidad. Lo único que puedo proponer es mucho trabajo y honestidad".

Pero el balance, a la fecha, no es positivo. Su primera misión fue encontrar al reemplazante de Marco Antonio Figueroa. El elegido fue Juan Antonio Pizzi, con quien el club de la precordillera conseguiría el último título de Primera División que registra su palmarés, el torneo del 2010. Fue un buen inicio, pero que duraría sólo hasta la recordada final del Apertura del 2011, cuando el equipo dejó escapar el bicampeonato ante la Universidad de Chile de Jorge Sampaoli.

Ese sería el punto de inflexión, ya que luego del traumático partido que terminó 4-1 en el Estadio Nacional, la UC tuvo serios problemas para recuperarse del golpe, con el ex arquero liderando el torbellino de decisiones erradas y fracasos deportivos en el que se sumiría la institución. 

Luego de la salida de Pizzi, al equipo de la franja le costó convencer a la fanaticada con sus decisiones deportivas. El desfile de técnicos que vino a continuación dejó como saldo el despido de un referente como Mario Lepe por los malos resultados, la triste etapa de Martín Lasarte que culminó sin títulos, y el gris periodo en que Rodrigo Astudillo quedó al mando del buque. 

Pero el caso más complejo que debió enfrentar el "Tati", al frente de todas las decisiones futbolísticas, se daría a mediados de este año, cuando se dio por hecho la llegada de Eduardo Berizzo. El equipo de San Carlos se acercaba a cumplir un viejo anhelo, y todo gracias a las gestiones realizadas por su Gerente Técnico, quién se jugó todas sus cartas por el DT de O'Higgins, e incluso, según versiones de prensa, había logrado un acuerdo de palabra.

Sin embargo, el "Toto" terminaría firmando en España, mientas en Chile se lamentaban por la falta de un plan B. En tanto, Cruzados negó los acercamientos con el ex defensa central argentino.  "Era una nueva alternativa pero no la única", sostuvo firmemente Larraín.

Por otro lado, el ex meta de Rosario Central tampoco tiene demasiado crédito al hablar de las contrataciones de jugadores en su periodo. En este apartado, destacan más los refuerzos que han dado el ancho antes que los que lograron dejar su huella en el club. Los aportes para el fútbol chileno que sifnificaron nombres como Damián Díaz e Ismael Sosa, contrastan con las decepciones que terminaron siendo Jonathan Botinelli, Roberto Ovelar o Mauro Obolo. 

Pese a todo, el "Tati" fue ratificado en su cargo por el presidente de Cruzados, Luis Larraín, pese a ser sindicado como responsable de la crisis deportiva por parte de la hinchada. "Su cargo siempre está a disposición. Es un cargo de confianza, pero en este momento él es más parte de la solución que del problema", explicó el timonel.

La nueva tarea es encontrar, ahora sí, al hombre idóneo para rescatar a Universidad Católica de la crisis en la que se encuentra inmersa. El "Tati" tendrá una nueva oportunidad de redención.