Hay un cigarrillo que termina y enseguida hay otro que enciende, todo a velocidad de Fórmula 1, como siempre. Hay palabras que le brotan mezclando tonos convencidos con nostálgicos. Se trata de Julio César Falcioni, en una charla a solas con El Deportivo, recordando su paso traumático como entrenador de Universidad Católica y analizando diversas aristas del fútbol chileno.

Después de haberse ido de Boca, no le fue bien en All Boys, Católica y Quilmes. ¿Eligió mal? ¿Se arrepiente de algo?

No es que me arrepiento. Uno siempre tiene la expectativa de trabajar, de estar activo. La verdad es que en los tres lugares no se dieron las cosas como pensé.

¿Por qué no le fue bien en la UC?

Católica era un club lindo, interesante, que venía de una secuencia de frustraciones. La secretaría técnica programó un armado nuevo del equipo y contrató algunos jugadores inclusive antes de que nosotros llegáramos. No tuve la oportunidad de armar el plantel. Tuve resultados diversos y se terminó todo en el primer semestre.

¿Fue un acierto ir a Católica?

Claro que sí. No me arrepiento de haber ido a Católica. Conocí un club bárbaro y, en el día a día, encontré un país muy organizado, muy ordenado en todos los aspectos. Sí es un fútbol diferente al argentino. Cada campeonato local tiene sus particularidades.

¿En qué se diferencia?

En el roce. El chileno es más rápido en algunos aspectos, con muchos espacios, casi sin especulaciones. Por ahí un equipo va ganando y, en un contraataque, queda marcando con un hombre menos que el rival, que es el que va perdiendo. Acá, en Argentina, hay más fricción, menos espacios y es más táctico.

¿Es fácil cambiarle el chip al jugador chileno para un técnico que llega de otro medio o cuesta?

El fútbol chileno, con su idea de juego, ha progresado mucho. Queda a la vista en la selección, que logró grandísimos resultados con una gran camada de jugadores y siguiendo una línea iniciada por Bielsa y muy bien continuada por Sampaoli. Hoy Chile está en un primer nivel mundial. Pero no todos los equipos pueden tener esa misma propuesta y ese mismo funcionamiento.

¿Quiere decir que no todos en Chile pueden hacer lo mismo que su selección, pero lo buscan?

Lo buscan, lo buscan... Y yo respeto esa búsqueda.

¿En ese contexto trató de implementar su idea y cambiar algunas cosas, pero no pudo?

No, no. Porque nosotros jugábamos con un enganche y tres delanteros. No fue ése el problema. Le vuelvo a decir: hubo un recambio importante en el club y no tuvimos los resultados que queríamos. Yo tenía la intención de seguir. Quería hacer tres o cuatro retoques para el semestre siguiente porque sabía que ese equipo de Católica iba a funcionar. Pero no pudo ser. Encima, también tuvimos en contra a una U de Chile impresionante. Había jugado medio torneo y tenía el 90 por ciento de los puntos ganados. Imponente. Entonces, todo lo demás parecía que todavía servía menos.

¿Se sintió cómodo con el paladar del fútbol chileno?

Sí, yo me sentí muy cómodo y creo que los jugadores también. Después es como siempre: cuando no hay resultados, el responsable siempre es uno.

¿Le quedó clavada la espina?

No. A mí en ningún lado me quedan espinas. Trabajamos en todos lados igual. Sé que somos honestos, sé que somos responsables y sé que no tenemos la verdad del fútbol. A veces, la verdad del técnico pasa por si la pelota pegó en un palo y entró o se fue afuera. Por supuesto que me hubiera gustado trabajar más tiempo en Chile.

¿Eso significa que volvería?

Claro que volvería. Me gustaría tener una segunda oportunidad en el fútbol chileno. Es un país muy cómodo para trabajar y para vivir. Si se dieran las condiciones deportivas, no tendría problemas.

¿El futbolista chileno es diferente al argentino?

Sí. Un poco diferente. El nivel de vida es muy bueno y me encontré en Católica con jugadores muy profesionales. En Argentina hay planteles más jóvenes, se aceleraron los tiempos y a los jugadores hay que enseñarles muchas cosas. Es por la necesidad de los clubes y por la gran cantidad de futbolistas que se transfirieron. En Chile es distinto. Todavía no se llegó a ese punto. Por eso, más allá de resultados, cuando hablo de mi trabajo, menciono jugadores que tuvimos y ayudamos a consolidar sin acelerar el proceso madurativo. Tuvimos muchos aciertos: Falcón, Bardaro, en Velez; Paletta, Datolo, Cvitanich, Palacio y Armenteros, en Banfield; Agüero, Ustari y Biglia, en Independiente; Calleri, en All Boys, Canelo, en Quilmes.

¿Cuánto le costó en Católica el conflicto con Toselli?

Ése fue un análisis incorrecto del periodismo. Cristopher vino con una lesión de la selección, después del Mundial. Y no estaba disponible para entrenar porque tenía la rodilla inflamada. Se le estabilizó un poco la pierna, volvió a entrenar y de nuevo el problema. Fue a hacerse ver a España, a un doctor que había operado a Vidal. Y no estaba para jugar. Le aconsejaron operarse. Y se operó. De hecho, hace poco volvió a jugar.

¿Por qué acusa al periodismo chileno?

No lo acuso. Cuento la historia. Siempre me preguntaban por Toselli y yo no podía contarles todo, no podía decirles que tenía una lesión grave. Primero, porque era capital del club; segundo, porque había una posibilidad de operación. No me interesaba darle esa información al periodismo. Me importaba Cristopher. Y cuando se enteraron de cómo era todo, medio que me pidieron disculpas, ja,ja,ja. Ya era tarde.

¿No le fue bien por tocar tanto el equipo entre partido y partido?

No creo. Cambiamos algunos sistemas tácticos, buscando mejor funcionamiento.

En su balance en Católica, ¿en qué reconoce que se equivocó?

Quisimos modificar algunas estructuras del equipo: queríamos que fuera más aguerrido, que peleara más arriba, que apretara en el área contraria. Y no tuvimos esa posibilidad de hacerlo. Queríamos que el rival no saliera jugando, pero quedábamos demasiado abiertos. Teníamos muchas situaciones de gol y muchas no entraban. Trabajamos bien. No obtuvimos resultados, nada más.

¿Le sorprendió ver a Chile campeón de América?

Para nada. No me sorprendió porque Chile tiene una gran camada de jugadores, de gran calidad: Medel, Vidal, Díaz, Alexis Sánchez... Se construyó un plantel desde la época de Bielsa y se lo fue nutriendo con el tiempo y con la misma idea bajada luego por Sampaoli. Y gran parte del plantel de hoy es la base de la U de Chile que enfrentamos y eliminamos con Boca. Muchos jugadores están en el momento justo y tienen casi todos experiencia europea. Pasa como en Argentina: hay una gran generación. La diferencia es que Chile viene manteniendo un formato de juego desde hace mucho tiempo, con un gran convencimiento.

Si tuviera que elegir a un jugador chileno, ¿con quién se quedaría?

Tienen muchos muy buenos. Me encanta Diaz. Es el cerebro de la selección, en él nace todo el fútbol de Chile. Ya desde cuando lo enfrenté con Boca lo pensaba. Y creo haber clausurado a la U aquella vez porque les pedí a Silva y a Riquelme que siempre uno se le parara al lado y lo siguiera para que no recibiera.

¿Elegiría a Marcelo Díaz antes que Alexis Sánchez o Arturo Vidal?

Elegiría a los tres.

¿Y de los tres a quién escogería primero?

Son funciones diferentes. Los tres son fundamentales para el funcionamiento de cualquier equipo. Sánchez es de excepción por su desequilibrio, Vidal por su traccionar y su esfuerzo compensando a su equipo defensivamente y descompensando al rival ofensivamente. Lo bueno de Chile es una columna muy fuerte: Bravo, Medel, Díaz, Vidal y Sánchez.

¿En qué escalón pone a Chile como selección comparándola con las mejores del mundo?

Sin ninguna duda, hoy Chile está en el mismo escalón que Argentina y Brasil a nivel selección. Los resultados están a la vista, ¿sí?. No hay discusión.

¿Chile puede soñar con ganar más que una Copa América aunque ahora cambie de técnico?

Claro que puede soñar. Siempre piden más cuando se gana. Mientras sus jugadores mantengan el nivel que vienen sosteniendo en sus equipos, Chile va a llegar muy bien a Rusia 2018. La mayoría de sus futbolistas estará en una edad excelente, con experiencia acumulada en equipos de máxima competitividad. En los últimos dos mundiales, ya tuvo buenas participaciones. Y si viene otro técnico, supongo que las autoridades sabrán elegir a uno que siga el rumbo de Sampaoli. Si es así, Chile puede seguir por el mismo camino. Los jugadores tienen calidad y se adaptarán.

Primero deberá clasificarse en unas Eliminatorias que arrancaron raras y se insinúan cambiantes y complicadas para todos. 

Sí, pienso lo mismo. El otro día estuve comiendo con el Flaco Gareca (DT de Perú)... Está tan sorprendido como yo con Ecuador. No es que no lo contaba, pero no se esperaba semejante rendimiento con esa sumatoria de puntos. Eso obliga a Argentina y a Brasil a ganar. Veremos cómo reacciona Chile en un nuevo contexto. Además, está Colombia. Y Uruguay recupera a Suárez. Encima, como se juega cada uno o dos meses, es muy importante cómo se llega a cada momento. Y si te tocan lesiones o expulsiones, o mala suerte, por ahí puede ser fatal. Esta eliminatoria no le permite relajarse a nadie.

¿Sigue de cerca el lío Sampaoli?

Aunque no conozco a fondo los detalles, por supuesto que he seguido el tema en los medios. Parece una situación sin retorno, pero yo aún tengo la ilusión de que se arregle. El fútbol chileno y Sampaoli no merecen que la relación termine así. Es una gran pena que hace mal a todos. Sampaoli hizo un trabajo magnífico en Chile. Tiene la virtud de hacer funcionar muy bien a un equipo de grandes jugadores y consigue resultados. Lo vimos en la entrega del Balón de Oro, como uno de los tres candidatos a ganarlo, a la par de Guardiola y Luis Enrique. Eso no se lo regalaron, eh”.

¿Quién sería el mejor reemplazante para Sampaoli?

No descubro nada, pero Bielsa sería el ideal para agarrar a Chile en este momento. Conoce a los jugadores y se mantendría la línea. Pero lo mejor, insisto, sería que todo vuelva atrás y Sampaoli siga.