La mayor subsidiaria del grupo británico Rolls Royce redujo el año pasado su beneficio en un 20%, hasta los 392 millones de libras (462 millones de euros), comunicó hoy la compañía.
Sin embargo, aunque la falla registrada en las turbinas de Rolls Royce instaladas en el superjumbo de Airbus A380 ha costado al fabricante británico de motores unos 56 millones de libras (66 millones de euros), la buena marcha de los negocios con turbinas y motores para aviones militares y barcos, ha logrado amortiguar los daños.
En total, los buenos resultados de las demás divisiones del grupo elevaron el beneficio antes de impuestos en un 4%, hasta los 955 millones de libras (1.113 millones de euros).
El pasado mes de noviembre un Airbus A380 de la aerolínea australiana Qantas con 466 personas a bordo tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia después de que una de las turbinas de Rolls Royce comenzara a quemarse. La compañía comunicó después que una determinada pieza de la turbina originó daños en el motor.
Se trata de una falla que sólo aparece una vez al año en toda la flota de la aviación civil mundial, aseguró el presidente de la junta directiva, John Rose.
La mayor parte de los costos derivados de la falla fueron liquidados en el balance de 2010. Agregó que el fallo no se ha traducido negativamente en la demanda de motores y turbinas de ese tipo.
Los beneficios de las divisiones de aviación militar y marina aumentaron en un cuarto en 2010. Para 2011, Rose cuenta con que vuelvan aumentar los beneficios en todas las divisiones.
El presidente de la junta directiva se retirará a finales de marzo tras 15 años al frente de Rolls Royce. Su sucesor será John Rishton, actual jefe de la cadena holandesa de supermercados Ahold y el ex director financiero de British Airways