El músico y compositor uruguayo Daniel Viglietti, un ícono cultural de la resistencia a las dictaduras en Uruguay y América Latina, falleció este lunes en Montevideo a los 78 años mientras era intervenido quirúrgicamente.
Viglietti, nacido en una familia de músicos, fue desde su juventud un artista con fuertes convicciones ideológicas de izquierda, convirtiéndose en referente del llamado canto de protesta durante la década de 1960.
Fue detenido en 1972 y liberado un año después, tras un reclamo internacional liderado por figuras como Jean Paul Sartre, François Mitterrand, Julio Cortázar y Oscar Niemeyer. Se exilió en Argentina y Francia durante la dictadura uruguaya (1973-1985), y volvió a su país luego del retorno de la democracia.
"A desalambrar" (1973) es considerado uno de sus temas más emblemático y trascendió las fronteras de Uruguay. Junto a otros artistas uruguayos como Alfredo Zitarrosa, Los Olimareños y José Carbajal ("El Sabalero"), marcó una época en la canción de protesta de su país y la región.
"Creo que cada uno en su estilo estábamos haciendo cosas, y sin darnos cuenta, era un trabajo coral. Nos han clasificado como solistas, pero después la vida nos ha demostrado que cantábamos a coro sin saberlo", dijo Viglietti en el 2015 en una entrevista con el diario uruguayo "La Diaria".
Viglietti también imprimió su huella en múltiples colaboraciones con otros artistas, entre ellos el poeta uruguayo Mario Benedetti, interpretando "A dos voces", un compendio de canciones y poesías de ambos.
En lenguaje simple, Viglietti dotó de letra, música y voz temas de alto contenido reivindicativo como "Canción para mi América", interpretada y popularizada por la argentina Mercedes Sosa y más recientemente por el cantante de Café Tacuba, Rubén Albarrán.