El castigo impuesto por FIFA provocó un lío de proporciones en Bolivia. Ayer, dos de los principales directivos del fútbol de ese país presentaron su renuncia, la que se hará efectiva desde la semana que viene: el primer vicepresidente Marco Peredo y el tesorero Cliver Rocha abandonarán sus cargos, asumiendo las culpas.

"Sólo podemos pedir disculpas al fútbol boliviano, pero nosotros tenemos vergüenza en la cara. Presentamos nuestra renuncia, lo hacemos sin ánimo egoísta y pedimos que todos nos sigan, vámonos todo", expuso Peredo el momento de explicar la decisión.

En el país altiplánico no descartan que otros dirigentes también los sigan, aunque el presidente Rolando López ha dicho que encarará él mismo la situación.