Llegó a estar sentado en la mesa del gobierno ucraniano con el primer ministro y el titular de Energía detrás suyo y con su firma en un documento por 850 millones de euros. Es la historia del falso representante de Gas Natural Fenosa, que negoció a construcción de una planta de gas natural licuado (GLN) en el Mar Negro.
Su nombre Jordi Sardà Bonvehi, quien convenció a los ucranianos que actuaba en nombre de varias compañías españolas. Diarios como El País y El Mundo se hacen eco de esta situación que no sólo gatilló el desmentido de Gas Natural Fenosa, sino que generó controversia en Ucrania "y todo tipo de suspicacias en Rusia, de cuya dependencia energética pretendía desmarcarse Kiev con el contrato".
La empresa española emitió un comunicado en que ratificó que no tiene "ningún contrato para invertir en el proyecto de una planta de GNL" en el país "ni lidera ningún consorcio para el desarrollo del citado terminal". Además podría emprender acciones legales contra Sardà, "una vez se esclarezca completamente la situación".
El diario El País consigna que los ucranianosw pensaban que Jordi Sardà Bonvehi "tenía poderes para firmar, al tiempo que este agente comercial ha reconocido ante los medios locales que cometió un error". En todo caso las autoridades ucranianas dijeron que el proyecto sigue adelante, a pesar de este incidente.