El familiar de DD.DD. que se reunirá con el Papa en Iquique
Pedirá justicia por su hermano desaparecido, especialmente a que Fuerzas Armadas terminen con el "pacto del silencio".
Héctor Marín tenía 17 años la última vez que habló con su hermano Jorge (19) en una esquina cercana a su casa en Iquique, el 21 de septiembre de 1973. Fue allí donde se enteró de que agentes del Estado lo estaban siguiendo no sólo para detenerlo. "Me lo dijo con mucha pena. No pensé que esa sería nuestra última conversación, pero él sabía que lo iban a matar", recuerda Marín, hoy con 61 años y bajo la presidencia de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Iquique.
Este caso de violación a los derechos humanos ocurrido durante el régimen militar llevará a que el Papa Francisco se reúna con Marín el próximo jueves 18 de enero, posterior a la misa masiva que se realizará en Playa Lobito.
En la instancia, Marín pedirá al Sumo Pontífice justicia por todos los casos de detenidos desaparecidos ocurridos a partir de 1973. "Queremos que el Papa haga un llamado a las Fuerzas Armadas para que terminen con los pactos de silencio. Y también al gobierno, para que ayude en esta cruzada de amor y de justicia. No de venganza", aclara.
Según Marín, solicitó esta cita con el Pontífice "a pesar de que tenemos distintas religiones y pensamientos, pero prefiero que la historia nos juzgue por todo lo que pudimos haber hecho y no por habernos quedado callados, sentados y de brazos cruzados".
Las conversaciones para sellar esta audiencia con la máxima autoridad de la Iglesia Católica comenzaron en noviembre de 2017, a través del obispo Guillermo Vera. "Al principio se nos negó audiencia, pero el viernes se confirmó y nos vamos a reunir el 18 de enero con el Papa, cerca de las 14.30 horas, después de la misa en Playa Lobito", detalla.
Historia
Jorge Marín Rossel, hermano de Héctor, había sido detenido dos veces antes de su desaparición. Proveniente de una familia de cinco hijos, Jorge (el mayor) era dirigente de las Juventudes Socialistas cuando fue arrestado en Alto Hospicio, a pocos días del golpe militar. Venía desde Santiago y volvió 'haciendo dedo' a Iquique. Al poco tiempo fue liberado, pero alcanzó a estar sólo 10 días libre antes de desaparecer. El último paradero que se le conoce fue en el Regimiento de Telecomunicaciones de Iquique, donde habría sido asesinado el 29 de septiembre de 1973.
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