Cuatro familiares de John y Clarence Anglin, quienes junto a Frank Morris protagonizaron el 11 de junio de 1962 la fuga más famosa de Alcatraz, la isla convertida en prisión situada en la bahía de San Francisco, recorrieron los muros de la cárcel y dijeron tener pruebas de que los famosos fugitivos estarían vivos.

Marie Anglin Widner (76), hermana de John y Clarence dice: "siempre he creido que lo hicieron (sobrevivir)", pese a que algunas teorías apuntan a que fallecieron en las aguas de la bahía. Marie estuvo acompañada en Alcatraz por su hermana Mearl Anglin Taylor (74), y dos nietos de los fugitivos, detalla el diario San Francisco Chronicle.

Para Marie hay pistas concretas que avalarían su tesis: la primera pista fue una misteriosa llamada de teléfono a una mujer de San Francisco poco después de la fuga. "Este es John Anglin," dijo la voz.

La segunda pista fue una tarjeta de Navidad que apareció en el buzón de la familia en el invierno de 1962. David Widner la sostuvo en alto: "Mira eso", dijo. En la tarjeta estaba escrito: "Para la Madre, de John. Feliz Navidad". Tambien recibieron flores sin tarjetas para su madre durante varios años.

Los hermanos Anglin, junto a Morris con ayuda de unas cucharas y meses de trabajo, lograron agrandar los conductos de ventilación de la cárcel lo suficiente para arrastrarse por ellos y llegar hasta una zona de tuberías que les dio acceso al tejado desde donde se las arreglaron para alcanzar la orilla del mar. Allí montaron una balsa con medio centenar de impermeables y se aventuraron al mar en plena noche. Luego de eso nunca más se supo de ellos. Hasta el día de hoy el hecho se ha convertido en un gran misterio y aún el gobierno de EEUU tiene a un agente dedicado a indagar el paradero de los reclusos.

Dave Widner (45), uno de los nietos de los Anglin, dice que ellos podrían están en Sudamérica y que de estar vivos serían octogenarios: John Anglin con unos 82 años y Clarence 81. Morris, el otro preso rondaría los 85 años.

Ni John, ni Clarence Anglin, tampoco Frank eran delincuentes tachados de peligrosos, asesinos o violadores. Estaban en la cárcel por robar bancos, pero les trasladaron a la prisión de máxima seguridad entre 1960 y 1961 porque se habían fugado con facilidad de otros centros penitenciarios.