Familiares de diez integrantes de la fuerza pública de Colombia de quienes hoy se conocieron pruebas de vida pidieron a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) que les quiten las cadenas que les mantiene atadas a su cuello.
Los allegados de los rehenes, que llevan más de diez años en poder del grupo guerrillero afirmaron que aunque sienten mucha alegría de tener noticias de sus seres queridos, están muy tristes por verlos con cadenas y candados amarrados al cuello.
"Está muy acabado, con una tristeza tan grande que se le nota en sus ojos, está muy delgado", expresó Fabiola Monsalve, madre del sargento de la Policía César Lasso, secuestrado por las Farc en 1998.
Muchos de los familiares de los uniformados de los cuales se conocieron hoy los mensajes no recibían pruebas de vida desde hace más de seis años.
"Sentimos una nostalgia, un aburrimiento de la manera como los tienen amarrados como a unos animales", expresaron familiares del sargento del Ejército Robinson Salcedo, también secuestrado en 1998.
Por su parte el vicepresidente colombiano, Francisco Santos, señaló que con las pruebas reveladas queda demostrado que las Farc son una organización "genocida".
"Muchos de los guerrilleros que han salido de las cárceles no están encadenados, pueden visitar a sus familias, pueden comer, no tenerlos como animales, que eso habla de la clase de organización terrorista y genocida que son las Farc", expresó Santos.
Las diez pruebas de vida de los seis policías y cuatro militares fueron decomisadas por el Ejército a un correo humano de las Farc en la vía que de la ciudad de Villavicencio (centro) conduce a Bogotá.