Sólo cinco días después de que se publicara el tercer informe sobre el accidente aéreo del vuelo 447 de Air France, que se estrelló en 2009 en el Océano Atlántico, y dejó 228 muertos, los investigadores franceses se encuentran hoy bajo la mira, sobre todo de las familias de las víctimas, después de que se conociera que omitieron un informe crítico referido a errores técnicos, que comprometerían gravemente al fabricante de la aeronave, el consorcio europeo Airbus.

Hasta el viernes las principales conclusiones de la tragedia apuntaban a la labor de los pilotos, su poco entrenamiento frente a la situación que afrontaron y no haber seguido el procedimiento estándar para una emergencia.

Sin embargo, el diario francés Les Echos publicó un borrador del informe interno del Ministerio de Transportes, que data del pasado 25 de julio, en el que el deliberadamente se omite un informe crítico con el funcionamiento de la alarma de caída libre del avión.

Este sistema alerta a los pilotos cuando la velocidad del avión cae por debajo de la necesaria para seguir volando. La alerta se disparó durante 54 segundos en los últimos minutos del vuelo siniestrado pero luego se apagó y se fue encendiendo y apagando mientras el avión perdía altura. Eso ocurría, mientras los pilotos luchaban con los mandos, después de que el piloto automático se desconectara y el avión acabase estrellándose en el mar.

El borrador del informe señala que el comportamiento confuso de la alerta de entrada en pérdida, causada por el mal funcionamiento de los indicadores de velocidad del avión o las pruebas de los pilotos, "contribuyeron en gran medida a las dificultades de la tripulación a analizar la situación, sobre todo para el capitán".

En el borrador también recomendaba que la Agencia de Seguridad de Aviación Europa revisara el funcionamiento del mencionado sistema de alerta. Y esas observaciones fueron excluidas del informe presentado el 29 de julio.

De hecho la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), se refirió a este sistema de alerta en sus conclusiones del viernes, pero sólo indicó que no respondió a ningún problema técnico, si no a las perturbaciones que estaba sufriendo el vuelo. Agregaron en ese minuto, que se determinaría si el funcionamiento de la alarma de caída libre pudo confundir a los pilotos. Sin embargo, según Les Echos, la BEA suprimió del informe del pasado viernes la recomendación sobre la forma de funcionar de las alarmas y su posible incidencia en el comportamiento de los pilotos.

La BEA admitió anoche haber retirado de su conclusión las referencias a la alarma porque las investigaciones sobre ese punto no estaban finalizadas.

Las familias de las víctimas están indignadas. En un comunicado emitido, el presidente de la asociación que los representa,  Robert Soulas, dijo que las revelaciones han causado "una crisis sin precedentes de confianza en la investigación", la que consideró "desacreditada".

A su vez, el principal sindicato de pilotos SNPL indicó por su parte que está considerando suspender la cooperación con los investigadores.

El Estado francés tiene una importante participación en Airbus. El informe definitivo de lo ocurrido al vuelo Río-París se espera para mediados de 2012.