Durante el mediodía, en la Gobernación de General Carrera, en Chile Chico, se hacían coordinaciones para responder al requerimiento de los familiares y así acceder de forma privada a la mina y poder orar en el lugar, acompañados del obispo de Aysén, Luis Infanti.

Más temprano, a las 11 de la mañana, el obispo ofició la misa en la parroquia "para orar por Jorge y Enrique, por sus familiares y por toda la familia minera, que está comprometida con el objetivo de traerlos de vuelta".

Ante la ausencia del párroco local, el obispo ha asumido el acompañamiento espiritual de la comunidad desde el día que ocurrió el accidente, con misas diarias a las 19.00, las que continuarán mientras dure el rescate. "Nosotras somos mamás de jóvenes que trabajan ahí en la mina, entonces nos duele igual, una se pone en el lugar de esas mamás, de los hermanos, de sus hijos, es una prueba grande que Dios nos ha puesto", dijo Carmen Vidal, a la salida de la eucaristía. Ella, al igual que otras vecinas han estado colaborando con el obispo, quien se estableció en Chile Chico.

"La fe que tenemos es tenerlos de vuelta. En lo personal, son como dos mártires que nos motivan a rezar y que nos han unido como comunidad", señaló Gerardo Yáñez, trabajador de mina Cerro Bayo.