Desesperación, dolor, incertidumbre, fue lo que vivieron los familiares en las afueras de la cárcel de San Miguel quienes trataban por todos los medios saber los nombres de los reos que fallecieron tras el siniestro.
La desesperación llegó al punto de enfrentamientos con fuerzas policiales. Lanzaron piedras, reclamaron por falta de información y lentitud de las autoridades.
Temprano el intendente de la Región Metropolitana, Fernando Echeverría, debió acercarse a las familias, luego de ser atacado con barro por los presentes en el lugar.
La autoridad llamó a la calma e informó que en la cárcel había 1.900 internos, y que el siniestro afectó a los que se encontraban en la torre 5 del cuarto piso. En ese lugar había 147 reos, de los cuales cinco fueron rescatados con vida.
Los incidentes siguieron y hubo algunos efectivos policiales heridos. La situación empeoró cuando el director de Gendarmería Juan Masferrer entregó el listado de los heridos y las familias entendieron que se tretaba de los fallecidos, lo cual enardeció los ánimos.