Están dolidos, pero también profundamente indignados. Las familias de los dos periodistas estadounidenses decapitados por yihadistas del Estado Islámico, se sienten ignoradas por el gobierno de Barack Obama e incluso estiman que las autoridades las amenazaron con un proceso judicial en caso de que se les ocurriera reunir dinero para pagar por su liberación.

Precisamente, más allá de su propaganda antioccidental, lo que querían los extremistas sunitas no era otra cosa que dinero. Así al menos se lo hicieron saber a Michael Foley, el hermano del reportero James Foley, a través de un mail que le llegó a fines de 2013, un año después de que el periodista fuera capturado en Siria.

Por su liberación, el EI pidió nada menos que 100 millones de euros (US$ 130 millones), según informó el GlobalPost, medio para el cual trabajaba Foley, de cuya muerte el EI informó el 19 de agosto pasado.

A diferencia de lo que ocurre en Europa, la legislación estadounidense prohíbe el pago de rescate a una organización  considerada como terrorista. Sin embargo, según han denunciado las familias de Foley y de su colega Steven Sotloff -cuya muerte fue reivindicada por el EI el 2 de septiembre-, en vez de ayudarlos, las autoridades les habrían puesto trabas. "Se sintieron completamente desahuciados con esto", dijo Barak Barfi, un  amigo de Sotloff, citado por Yahoo News. No obstante,  han sido los padres de Foley quienes han expresado su malestar públicamente. John y Diane Foley acusaron al Consejo de Seguridad Nacional de haberlos intimidado para que no pagaran rescate alguno para intentar salvar a su hijo.

Incluso, Diane Foley contó que un miembro del consejo le advirtió en tres ocasiones que podría enfrentar un juicio penal en caso de pagar un rescate. Además, la madre del periodista aseguró que se les insistió en que no se intercambiarían prisioneros por su hijo, que el gobierno no llevaría a cabo ninguna acción militar y que no hablaran con la prensa.

"Nos dijeron que debíamos confiar en que sería liberado de alguna manera -como por milagro. Y no fue así, ¿no?", afirmó Diane Foley, quien dijo sentirse "avergonzada". "Sentimos todo esto como una amenaza y nos escandalizó", comentó a la cadena CNN.

De todos modos, la Casa Blanca autorizó una operación secreta para liberar a los rehenes, que  movilizó a decenas de miembros de las fuerzas especiales en Siria, pero fracasó debido a que Foley y Sotloff fueron cambiados de lugar poco antes. Luego, el EI dijo que mató a estos periodistas en represalia por los bombardeos de EE.UU. en el norte de Irak.

Según The New York Times, "más importante, en retrospectiva, es lo que el FBI no le dijo a la familia: Foley estaba secuestrado junto a varios europeos, cuyos países tienen un historial en el pago de rescates".

Política europea

Aunque los gobiernos de países como Francia, España, Italia, Suiza y Austria, no reconocen públicamente el pago por secuestrados, sí aceptan esta práctica, a diferencia de Reino Unido, que no negocia con terroristas. A fines de marzo fueron puestos en libertad los españoles Javier Espinosa (periodista de El Mundo) y Ricardo García Vilanova (fotógrafo),  capturados por los yihadistas en Siria. "Cuando los liberaron nadie hizo preguntas  sobre los detalles de su rescate. Ni el gobierno dio explicaciones, ni la oposición lo interpeló", explicó el diario El País.

En 2010, la prensa francesa reveló que por la liberación de cuatro franceses secuestrados en Níger por Al Qaeda se pagaron 20 millones de euros. Según The New York Times, se estima que los gobiernos europeos habrían pagado US$ 121 millones por rescates de sus ciudadanos en los últimos años.

Grupos extremistas han encontrado en los secuestros una vía para financiar sus acciones. De hecho, de acuerdo con agentes de inteligencia estadounidenses citados por The Associated Press, el Estado Islámico ha ganado US$ 3 millones diarios no sólo por el contrabando de petróleo, extorsiones y robos, sino que también por el secuestro y tráfico de personas.

Hasta ahora, el EI ha asesinado a dos estadounidenses y un británico (David Haines). Se piensa que los yihadistas tienen secuestrados a otro ciudadano británico (Alan Henning), a  un periodista norteamericano (Austin Tice) y a más de 10 de otras nacionalidades.