Tío Junior saca una pistola y, sin dudarlo, descarga un par de balazos sobre el cuerpo de su sobrino Tony. Es Nueva Jersey. Es la sexta temporada de los mafiosos más famosos del cable, Los Sopranos, y aunque en la TV Tío Junior muestra su lado más oscuro, en este lado de la pantalla, y en un mercado italiano del Bronx de Nueva York, Tío Junior (más bien Dominic Chianese, el actor que lo interpreta) canta ¡Oh Sole mío! para Nancy Sexton y su hija Kate, dos turistas de Carolina del Sur que lo miran embobadas ante la demostración pulmonar. "Es como caminar con el alcalde", dicen riendo cuando más tarde Chianese saluda a los vecinos y les muestra dónde comer la mejor pizza y les cuenta historias del barrio.
PASEANDO CON EL VECINO
Chianese es uno de los más recientes -y famosos- guías de Big Apple Greeters, la primera organización de Cicerones, voluntarios que muestran a turistas las ciudades en las que viven. La idea se originó en 1992 a partir de las agradables caminatas que su fundadora, Lynn Brooks, realizaba con extranjeros. Lynn se percató que Nueva York sufría de un problema de imagen: todos decían que querían visitar la ciudad, pero pensaban que la urbe era muy grande, cara e intimidante. Lynn quería que el mundo conociera Nueva York como ella, es decir, como un "gran pequeño" pueblo con diversos barrios, entretenidos lugares donde cenar y amistosos residentes que podrían perfectamente salirse de sus diarias rutinas para ayudar a un visitante y hacerlo sentir bienvenido.
En la actualidad hay cerca de 300 voluntarios que pasean a los turistas por los diversos barrios de Nueva York, y 30 más que trabajan en las oficinas de Big Apple Greeters. Desde su inicio en 1992, la organización ha recibido a más de 75 mil visitantes de 124 nacionalidades, con tours realizados en 22 idiomas. Un estudio de diciembre del 2004, a cargo de New York University Tisch Center for Hospitality, concluyó que el 97% de los participantes encontró que su visita a Nueva York fue mucho más exitosa gracias al programa.
MI CASA ES TU CASA
Dueñas de casa, profesores, bomberos y un larga lista de personas que aman las urbes donde residen son los miles de voluntarios que componen esta red, una que se ha extendido a 11 ciudades del mundo, entre las que destacan Lyon -la más reciente incorporación en el otoño de este año-, París, Chicago, Melbourne, Toronto y Buenos Aires. En operaciones desde el 2002, los Cicerones porteños son la única sede del programa en Latinoamérica. Para Joaquín Brenman, su presidente, el atractivo de estos tours es que "son organizados en conjunto con el visitante, de acuerdo a sus preferencias. Hacemos ver al visitante los aspectos de la actividad cotidiana y lo introducimos en el espíritu de la ciudad. Va mucho más allá de un tour convencional, donde la mayoría de las veces se brinda un cúmulo de información en forma intensiva y poniendo el acento a los atractivos históricos y culturales de la visita".
SOLO INSCRIBIRSE
De hecho, la mayoría de las peticiones en Bs. Aires tienen que ver con recorridos relacionados a la literatura, deportes, tango o arte. "Incluso, hace un tiempo hicimos recorridos a distintas carnicerías donde se quería apreciar el tipo de cortes de la carne argentina", cuenta Brenman desde Buenos Aires.
Para contactarse con un guía voluntario sólo hay que ingresar a www.globalgreeternetwork.info, donde están los links a las páginas de cada ciudad donde uno se inscribe. Y aunque todo es gratis, las organizaciones sí aceptan cooperaciones para gastos operacionales y poder seguir mostrando sus ciudades.