La crisis económica mundial tiene efectos "devastadores" sobre el hambre en el mundo, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su informe anual sobre el hambre en el mundo, presentado hoy en Roma.
Según la FAO, el número de personas que padecen hambre aumentó este año como consecuencia de la crisis a 1.020 millones, el nivel más alto registrado desde 1970. De esta manera, actualmente una de cada seis personas padece hambre y desnutrición, o sea, 100 millones de personas más que en 2008.
El director general de la FAO, Jacques Diouf, afirmó que la crisis tiene consecuencias "catastróficas" para el hambre en el mundo, por lo que exhortó a los gobiernos de los países industrializados a incrementar sus esfuerzos en la lucha contra el hambre.
"Lo que falta es la voluntad política para erradicar para siempre el hambre", criticó Diouf, al recordar, una vez más, que existen las condiciones técnicas y económicas para erradicar totalmente el hambre.
De la misma manera que las naciones poderosas reaccionaron "de forma rápida, colectiva y enérgica" a la crisis económica mundial, ahora "se necesita el mismo compromiso fuerte para combatir el hambre", subrayó el máximo dirigente de la FAO.
La mayoría de las personas que padecen hambre y desnutrición viven en los países en vías de desarrollo, y la mayoría de ellas (642 millones en la región Asia-Pacífico. En los países industrializados, el hambre afecta a 15 millones de peronas, según el informe de la FAO.