Los precios mundiales de los alimentos subirían de nuevo ante los persistentes temores por
las cosechas de invierno de Estados Unidos y China y debido a que la demanda crece más rápido que la oferta, dijo el martes el  director general de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (Fao) de Naciones Unidas, Jacques Diouf.

El personero señaló que la creciente producción de biocombustibles también contribuye a la
escasez de alimentos, al consumir más de 100 millones de toneladas anuales de cereales.

El índice global de alimentos de la Fao cayó en marzo, tras ocho meses de alzas consecutivas, por la tensión política en varios países del norte de Africa y Medio Oriente, así como por el terremoto y el tsunami en Japón. Las regiones afectadas son grandes importadores de granos.

No obstante, Diouf dijo que esta tendencia ya comenzó a revertirse. "Los fundamentos de la oferta y la demanda siguen ahí", dijo. "Existen preocupaciones sobre las cosechas de invierno en China y Estados Unidos. Además, la demanda está aumentando en Japón y el mundo árabe", agregó.

Diouf sostuvo que la magnitud del alza de precios de los alimentos dependerá del valor del dólar en los precios globales del petróleo. "Todo esto es exacerbado por el cambio climático y las sequías e inundaciones", aseveró.

"Los fundamentos apuntan a precios más altos. Debido a la falta de inversión en el sector agrícola en la última década, la producción no es suficiente", precisó.

Los precios del maíz en la bolsa de Chicago superaron los valores del trigo el mes pasado por primera vez en 15 años debido a un declive de las existencias estadounidenses a su menor nivel desde la década de 1930.

La demanda de los productores de etanol es uno de los factores que impulsan los precios del maíz.

Diouf dijo, además, que el crecimiento del negocio de etanol ejerce "un enorme impacto" en los precios mundiales de los alimentos.