La guerrilla colombiana de las Farc lamentó la muerte del célebre escritor Gabriel García Márquez ayer en México a los 87 años de edad.

"Pierde Colombia, pierde el mundo por el fallecimiento de Gabo (como se le conoce al Nobel). Sus obras salvaguardan su memoria. Acompañamos a su familia en este momento", escribió la delegación de paz en Cuba de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su cuenta de Twitter.

Más tarde, a través de un comunicado enviado a la agencia France Press la guerrilla expresó que "con profundo respeto se abraza en sentimientos de pesar con sus familiares, parientes, amigos y la patria toda que se llena de luto por la  partida del más grande escritor de nuestra historia".

El texto, firmado por la delegación de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana, se subraya que "van de manera  especial nuestras condolencias para su esposa doña Mercedes Barcha y sus hijos  Rodrigo y Gonzalo".

"Con la despedida de este hombre magnífico, reiteramos hoy, que como Aureliano Buendía soñamos y haremos la paz", dijo el texto en referencia a uno  de los personajes más trascendentes del escritor.

"Con certeza Gabo, repetiremos en tu nombre, con compromiso inquebrantable,  que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita  compartir la tierra'", concluye el texto.

La guerrilla de inspiración marxista realiza desde noviembre de 2012 negociaciones de paz con el gobierno colombiano en Cuba y tiene a varios de sus altos dirigentes en La Habana.

García Márquez, uno de los grandes escritores latinomericanos del último siglo, murió el jueves en su casa de Ciudad de México a los 87 años, nueve días después de dejar un hospital donde fue atendido por neumonía.

El Nobel de Literatura de 1982, representante insigne del "realismo mágico" y el llamado "boom" latinoamericano, vivía desde hace décadas en México.

El colombiano, autor de obras cumbre de la literatura universal como "Cien años de soledad" y "El amor en los tiempos del cólera", era también periodista y simpatizante de izquierdas, en particular de la Cuba de Fidel Castro. 

En 1996 publicó una novela escrita en clave periodística, "Noticia de un secuestro", donde trataba el tema de la violencia que azota desde hace décadas a su país natal, en particular el problema de los secuestros vinculados con los capos de la droga.