La tercera es la vencida. Esa es la frase que resume la aprobación de un nuevo medicamento que promete ayudar a las mujeres que tengan una disminución de su deseo sexual.
Flibanserina, nombre del compuesto, había sido presentado para su aprobación a la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU (FDA, su sigla en inglés) en 2010 y 2013, pero sólo este año consiguió la aprobación del grupo de experto y esta semana la autorización oficial para su comercialización en Estados Unidos y sólo bajo receta médica.
El medicamento fue desarrollado por Sprout Pharmaceuticals, una compañía de Carolina del Norte (EE.UU.) y cuya plana ejecutiva esta compuesta solo por mujeres. "Ha sido un extraordinario viaje para llegar a este momento de avance. Hoy celebramos lo que significa esta aprobación para todas las mujeres que siempre han esperado una opción de tratamiento médico para esta condición de vida que afectan", señaló Cindy Whitehead, directora ejecutiva de Sprout, a través de un comunicado. Según el laboratorio, el medicamento podría estar en farmacias a mediados de octubre.
De acuerdo a las recomendaciones de la FDA, Addyi, nombre comercial del medicamento, sólo puede ser prescrito por médicos que hayan tenido un entrenamiento específico y la mujer, deberá llenar un cuestionario que demuestre que fue advertida de los efectos secundarios que puede tener el medicamento.
"El tratamiento con Addyi sólo estará disponible a través de profesionales sanitarios y farmacias certificadas. Los pacientes y los médicos deben comprender totalmente los peligros asociados con el uso de Addyi antes de considerar el tratamiento", aclaró la directora del centro de evaluación de investigación de la FDA, Janet Woodstock.
¿Funciona?
Sulamita Miranda, académica de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, señala que durante años diferentes estudios han demostrado que los tratamientos con ciertos antidepresivos aumentan la cantidad de serotonina (neurotransmisor en el cerebro), pero disminuyen el deseo sexual. Esta lógica fue invertida por quienes desarrollaron este nuevo fármaco que produce el efecto contrario. "La flibanserina, disminuye la conducción de serotonina del sistema nervioso y por esa vía, aumenta el deseo sexual", explica.
Alfredo Núñez, ginecólogo de Clínica Vespucio, aclara que la flibanserina actúa a nivel central del cerebro, por lo que no es de efecto inmediato como el sildenafil (Viagra) que utilizan los varones para mejorar su erección. "El sildenafil actúa en unos minutos provocando vasodilatación en todo el cuerpo y permitiendo que los hombres que ya tienen el deseo sexual, mejoren la irrigación del pene. En el caso de las mujeres, este medicamento produce un leve aumento del deseo sexual, pero después de tomarlo por uno o dos meses, no funciona en media hora", dice el especialista. Si un hombre tomara flibanserina, también podría tener un leve aumento sexual, dice Núñez, pero sería muy marginal, porque ellos siempre tienen más deseos. Su problema de disfunción sexual pasa más por una erección poco efectiva.
"La falta de deseo en la mujer, es más compleja. Tiene que ver con la relación de pareja, a veces con un problema orgánico que le produce dolor en una relación sexual y por eso pierde el deseo, otras veces es un problema más bien psicológico que requiere psicoterapia y no se soluciona con una sola pastilla. No es la panacea", insiste Núñez.
Leonore Tiefer, reconocida psicóloga y profesora de la Escuela de Medicina de la U. de York, hasta el mes pasado hizo una campaña para que la FDA no aprobara el fármaco. A su juicio, los beneficios son minúsculos y las mujeres no volverán con los médicos a pedir otra receta.
Otros mercados
Desde Estados Unidos, Sprout Pharmaceuticals dijo a La Tercera que en el futuro "estaba comprometido a trabajar en estrecha colaboración con otros organismos reguladores" fuera de su país para llevar al resto del mercado "un tratamiento seguro y eficaz para los millones de mujeres de todo el mundo afectadas por un bajo deseo sexual" y que anunciarían cuando tuvieran intención de solicitar los permisos en América Latina.
En Chile, el Instituto de Salud Pública (ISP) aseguró que "hasta el 18 de agosto no existe solicitud ingresada sobre este medicamento con prescripción".
Recomendaciones y contraindicaciones
Una de las razones de por qué la FDA negó en dos ocasiones la autorización para comercializar el fármaco fue por los efectos secundarios.
La nueva formulación, no está exenta de éstos y los especifica claramente el propio laboratorio.
El fármaco puede disminuir los niveles de la presión arterial por lo que se advierte no consumir alcohol mientras se está en tratamiento. No porque potencie el efecto tóxico del alcohol, sino porque la presión podría bajar y causar desmayos y pérdida de conciencia.
Tampoco se puede usar junto con otros tratamientos antidepresivos o con sustancias como el gingko biloba o resveratrol porque se potencia la flibanserina y aumenta también el riesgo de baja de presión.
Mujeres que usan medicamentos para tratar infecciones con hongos, tampoco pueden consumirlo, debido a la sobrecarga de trabajo que provocaría en el hígado.
También se recomienda tener precauciones con algunos anticonceptivos y antidepresivos, ya que pueden intervenir con los resultados del tratamiento.
Algunas mujeres que participaron de los estudios dijeron sentir mayor somnolencia y fatiga.