Subir al podio es, sin duda, el gran objetivo de los deportistas que llegan a unos Juegos Panamericanos. Felipe Aguilar, sin embargo, no quería simplemente una medalla. Él quería un oro. Eso únicamente. Cualquier otro premio, como la presea de bronce que se colgó ayer en el Angus Glen Golf Club, no sería un consuelo.

Y tenía derecho a soñar el valdiviano, que hizo un alto en el prestigioso European Tour, al igual que Mark Tullo, para disputar los Panamericanos. Les emociona jugar por Chile, como en los Sudamericanos de Santiago 2014, donde Aguilar obtuvo el primer puesto.

Tenía derecho a soñar, porque comenzaba el último día del torneo en el primer puesto, con dos golpes de ventaja sobre el segundo, Marcelo Rozo, pese a la tarjeta de 63 golpes que el colombiano había entregado el sábado.

Hasta el hoyo nueve, la mitad del recorrido de ayer, la tarea parecía cumplida. El chileno tenía dos palos de colchón y sin rivales en los otros grupos, que iban más adelante. Pero en la segunda mitad todo cambió.

Es como si los 63 hoyos anteriores hubiesen sido de otro campeonato o jugado por otros golfistas. Allí Rozo volvió a sacar de la bolsa los golpes que le darán fama por un tiempo en el club sede, mientras que el valdiviano se hundía en las malas decisiones y en esos putts que ayer por la tarde, simplemente, no quisieron caer.

Pasó en varios greens. Si esas pelotas hubieran cedido, otra hubiera sido la historia. El mejor ejemplo fue en el hoyo 16, cuando Rozo ya había superado a Aguilar. El colombiano sale del tee y la pelota se pierde. Previendo que no la encontraría, jugó otra, provisional. Efectivamente la bola se perdió y en ese hoyo el cafetalero tuvo dos golpes de castigo. Pese a eso, hizo solamente bogey, mientras el chileno desperdiciaba una oportunidad de birdie, de empatarlo de vuelta. “Ahí supe que estaba muy difícil”, confesó más tarde el nacional.

“Marcelo hizo un exhibición de golf. Una lástima, la verdad es que tenía otras proyecciones. Quería la de oro, el resto no era tan motivante. Siento que me quedé corto”, manifestó el valdiviano, apesadumbrado.

Peor aún, el par en el último hoyo obligó a Aguilar a jugar un desempate por la plata con el argentino Tommy Cocha. Debieron ir a un tercer hoyo para definirlo todo. “Jugué muy bien los primeros tres días y seguramente con un poco de suerte, un par más de putts, me hubiese ayudado a tener un poco más de confianza en algunos golpes. No jugué tan mal, hice un solo bogey, pero no hice birdies”, cerró el chileno.

Mark Tullo, por su parte, término 11º, con -1, mientras que por equipos, Chile fue 13º, serie que ganó también Colombia.

Y también el oro femenino fue para ese país (María José Uribe, con -6). A las jóvenes chilenas no les fue bien: Valentina Haupt fue 24ª (+37) y Pilar Schele, 30ª (+58), poco acostumbradas a jugar canchas tan largas.

“Es un defecto que tienen muestras canchas, no es primera vez que nos pasa, encontrarnos estas canchas”, analizó el presidente de la Federación Chilena, Mauricio Galeno.