Felipe Alessandri, alcalde de Santiago: "Me gustaría estar dos periodos. Le haría bien a la ciudad un alcalde por ocho años"
Luego de cumplir 365 días a la cabeza de la Municipalidad de Santiago, Felipe Alessandri reitera, una y otra vez, que es un alcalde "que está en terreno". Asegura haber hecho 200 actividades en las calles, "con registro fotográfico y todo", y que su principal desafío es hacer que la educación de la comuna vuelva a ocupar los primeros lugares.
El 6 de diciembre de 2016, Felipe Alessandri Vergara, abogado de profesión y poseedor de uno de los apellidos más tradicionales de la política chilena, asumió como alcalde de Santiago luego de dos periodos como concejal. A un año de ese día, repasa con La Tercera aquellos que considera los principales desafíos de su gestión, así como sus expectativas personales a futuro.
¿Cuál ha sido el principal desafío desde que asumió la comuna de Santiago?
Este primer año hemos comenzado a ordenar las cosas. Nos encontramos con situaciones que no pudimos prever, como la deuda en educación. Pero, no obstante de meterle mucha gestión al proceso, logramos sortear esto con éxito. Porque no es algo que se soluciona en un año, pero en cuatro años dejaremos, en educación, el tema mucho más ordenado y también dentro de la municipalidad, que tenía una deuda importante.
¿Cómo asume Santiago la aprobación de la desmunicipalización de la educación?
Hemos logrado probar que los municipios que dejan la política de lado y trabajan de forma seria el tema educación lo pueden hacer bien. Santiago puede perfectamente con el personal que tiene y la infraestructura administrar muy bien los 44 colegios. Soy un convencido de que las municipalidades grandes pueden administrar bien los colegios, no así aquellas más pequeñas, en que el servicio central podría ser una solución para ellos.
¿Por qué cree que su municipio podría hacerlo mejor que el nivel central?
Para el Centro de Alumnos del Barros Borgoño, juntarse con este director del servicio local, que tendrá a su cargo 400 colegios aproximadamente en la Región Metropolitana, será prácticamente muy difícil. Llegar al alcalde, como uno que es de oficinas puertas abiertas, es muchísimo más fácil. Hay municipios que siempre lo habían hecho bien. Santiago era el símbolo de la educación pública, pero por una politización exacerbada el Instituto Nacional pasó de estar en los primeros 10 al lugar 101. La matrícula bajó y se destruyó la infraestructura por las tomas. Entonces, eso generó mucho daño. Pero en la historia, con el paréntesis de los últimos cuatro años, la educación había sido bastante fructífera.
Ha criticado públicamente una presunta ausencia del gobierno en el tema migrante. ¿Qué propone para enfrentar un fenómeno del que Santiago es visiblemente protagonista?
La migración llegó para quedarse y eso ayudará al país a crecer. Pero la Ley de Migración que nos rige está completamente obsoleta. Y la inmigración que ha llegado en los últimos cuatro o cinco años es migración que llega por avión directamente a Santiago, y las externalidades negativas las han asumido comunas como Santiago, Recoleta, Independencia y Estación Central. Hoy tenemos un problema de hacinamiento brutal, lo que está generando una xenofobia en los barrios que hay que saber controlar. Temas como el comercio ambulante, aproximadamente, está compuesto por 60% de migrantes. Necesitamos una ley que ponga coto a esto y no sea gratis entrar a Chile. Bienvenida la gente que quiere venir a aportar, pero aquellos que pretenden realizar actividades ilegales y delinquir, que les pongan límite en las fronteras. Reprocho que se perdieron cuatro años. Piñera mandó un proyecto de ley, pero este gobierno cuando asume lo retira y dice que lo va a perfeccionar. Pero pasaron cuatro años y sólo hace tres meses mandó un proyecto prácticamente igual al del ex presidente. Aquel no era un proyecto perfecto, pero estaba la Cámara y el Senado para perfeccionarlo.
Con la vitrina política que es Santiago, ¿se imagina a futuro en la carrera presidencial?
Asumí con el firme compromiso de mejorar en algo la calidad de vida de los santiaguinos y voy a trabajar hasta el último día bajo ese prisma. En la historia republicana nunca un alcalde de Santiago ha sido presidente. No tengo ninguna aspiración presidencial, no está en mi plan de vida. Con una guagua de un mes y otros tres niños, además de mi señora que alega que me ve poco, terminando mi mandato vuelvo a mi casa con mi familia y a seguir trabajando en mi profesión.
Pero tendrá expectativas de una reelección...
Me gustaría estar dos periodos. Le haría bien a la ciudad el enfoque de un alcalde por ocho años, porque los cambios de timones tras un periodo, que se han vivido durante los últimos 20 años, le han jugado una mala pasada a la comuna.
Hay coincidencias en que se ha complicado la elección para Chile Vamos. ¿Por qué cree que sucedió aquello?
Si uno analiza los resultados, el candidato Piñera ganó. Creo que hubo una expectativa que la votación iba a ser mayor. Pero soy un convencido, porque lo noto así en la calle, que Sebastián Piñera va a ganar. Yo espero una votación estrecha, parecida a la de 2010, pero soy un convencido de que va a ganar.
Actualmente administra Santiago bajo un gobierno de la Nueva Mayoría, ¿qué cambiaría en la gestión con Chile Vamos en el poder?
Espero que tengamos más apoyo en materia de seguridad. Yo hablé con el ministro del Interior, Mario Fernández. Le pedí 500 carabineros más para Santiago, pero no al voleo. Fue una propuesta concreta. Hasta ahora no he tenido respuesta, por eso me encantaría tener más apoyo, sobre todo en materia de seguridad pública.
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