Dentro de todas sus opciones, se decidió por la más osada, jugando a ser protagonista como tantas otras veces. Apuntó, disparó y mató ¡Gol! Minuto 39 y la conquista de Felipe Flores, abriendo la cuenta el miércoles en el Monumental, se oyó fuerte en Macul, Chile y América. Una vez más, el cuestionado delantero acayó las críticas, ratificando su sello de goleador decisivo, esa que ha construido entre clásicos y duelos de importancia.

"Estoy muy contento. Tenía muchas ganas de participar en Copa Libertadores y estoy muy orgulloso por el momento que estoy viviendo y porque le ganamos a un gran equipo", reconoció el alero una vez decretada la victoria del Cacique ante Atlético Mineiro (2-0).

Fue el debut de Flores en el máximo certamen de clubes de América y lo hizo a lo grande. A los 84', cuando  salió sustituido por Claudio Baeza, la ovación de los más de 40 mil albos fue monumental. "Es un momento extraordinario en lo personal, pero no tengo que bajar los brazos”, agregó.

El presente que vive el atacante se contrapone de lleno con su situación a principios de año, cuando desde la tienda alba lo declararon prescindible y le recomendaron buscar otro equipo.

Aunque en aquel momento Héctor Tapia  no lo consideró para el Clausura, hoy el artillero de 28 años cree más que nunca en que la batalla que decidió pelear fue la correcta. "Tomé la decisión de quedarme sabiendo que si tenía la oportunidad de jugar, uno o cinco minutos, tenía que aprovecharla e intentar hacerlo bien. Yo sabía que lo iba a pelear hasta el final", asegura satisfecho.

Hasta ahora, ha visto minutos en casi todos los duelos que el Cacique ha disputado en el Torneo de Clausura, sumando en total 340 minutos. Una participación ascendente, considerando que en el arranque frente a San Marcos (derrota 0-1) no estuvo, pero sí en el resto, jugando incluso los 90' en las últimas tres victorias albas.

Su temperamento, sus ganas y convicción han sido uno de los pilares para el desempeño del ariete, quien, pese a no deslumbrar, aprendió a leer entre líneas el juego en su zona, intentando estar siempre en el momento preciso.

La historia de Flores coincide con la de el ex zaguero albo Luis Mena. El puentealtino, quien fue campeón en 11 ocasiones con el Cacique, confiesa una fuerte amistad con el delantero, a quien incluso vio debutar en 2004, en el clásico frente a Universidad de Chile.

"Conozco mucho a Felipe y sé lo perseverante que es. Está en racha y viviendo uno de los momentos más lindos que tiene un futbolista en su carrera", comentó a La Tercera.

La carrera de Flores tiene mucho de Mena: al rubio, durante años intentaron reemplazarlo, pero los refuerzos nunca dieron el ancho y finalmente fue él quien se quedó custodiando la última línea.

Por ello, el ex seleccionado nacional confesó que durante los primeros días del año aconsejó al artillero: "Yo en su momento hablé con él y le dije que no debía bajar los brazos jamás (...) Jugué con él y si sigue el ejemplo que pude haber dado, yo feliz ".

Felipe es cauto. En la trinchera íntima, con su familia y novia, se ha gestado también otro de los soportes que lo han apoyado durante todo este tiempo. Por ende, no fue de extrañar la dedicatoria tras el acierto ante los mineiros, asegurando: "Dediqué el gol especialmente a mi polola, que siempre ha estado conmigo en los momentos malos".

Ahora, Flores comienza a escribir las primeras líneas de un nuevo romance, el que lo tiene como protagonista junto a ella, la Copa Libertadores de América.