Unas 1.700 especies de flora, entre arbustos, cactus, yerbas y árboles, existen en la IV Región, las que se encuentran en una época particular del año: están brotando en todo su esplendor, fenómeno conocido como "desierto florido".
El investigador del Centro de Estudios Avanzados de Zonas Aridas (Ceaza), Francisco Squeo, explica que el evento se extiende desde septiembre a noviembre (el peak es en octubre) en las regiones de Atacama y Coquimbo, lo que se presenta por el aumento de precipitaciones en la zona. Afirma que ello se puede explicar por la presencia del fenómeno climático de El Niño, fase que implica un alza de lluvias en el país.
¿Los mejores sitios para apreciar este panorama? Squeo dice que el Parque Fray Jorge, al sur de La Serena, donde estas especies, como añañucas, garras de león, lucumillo, patas de guanaco, suspiros y cuernos de cabra, muestran coloridas flores nativas. Un sitio atractivo en la III Región es la hacienda Castilla, que está a 80 kilómetros al sur de Copiapó.
PROTECCION
Marcelo Rosas, botánico del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) afirma que este evento ocurre cada cinco años y que, incluso, puede alcanzar localidades de la II Región. Asegura que varias de estas especies "están en riesgo, debido a la destrucción del hábitat por presión humana, principalmente, por sobrepastoreo". En Atacama y Coquimbo hay nueve especies de esta de flora en peligro.
El encargado del Banco Base de Semillas del Inia, Pedro León, advierte que se deben preservar estos ejemplares a través de jardines botánicos y bancos de semillas. Esa institución (dependiente del Ministerio de Agricultura), es apoyada por el Real Jardín Botánico Kew, de Inglaterra, para recolectar semillas en el área. Ya posee 120 de esas áreas. Squeo añade que un dato preocupante es que existen sitios prioritarios donde se presenta el "desierto florido" en la IV Región (como el que va desde Punta Teatinos a Juan Soldado) cuya flora está desapareciendo debido a las nuevas parcelaciones que erradican las especies.
Por ello, plantea que urge la creación de sitios de conservación. De hecho, sólo el 0,37% de la superficie de la IV Región tiene protección oficial.