La escasa arena que hoy mantienen algunas playas de la comuna de Concón, en la V Región, despertó la inquietud de vecinos y turistas. En balnearios como Playa Amarilla, por ejemplo, donde antes había que "correr" hacia las olas, hoy basta trotar unos pocos metros para el chapuzón. "Va a mejorar", dice esperanzada María Cifuentes, residente de Quilpué.
El fenómeno se ha asociado a las constantes marejadas que en los últimos dos años han estado presentes en la zona, y que se han repetido, fundamentalmente, tras el temporal que afectó a la región en agosto de 2015.
El comandante Sigfredo Ramírez, capitán de puerto de Valparaíso, asegura que el lugar donde este fenómeno de las "playas angostas" es más notorio es en la desembocadura del río Aconcagua.
"En el balneario La Boca hay lugares que normalmente están cubiertos de arena y ahora tenemos solamente piedrecilla. Hay sectores que, efectivamente, no van a poder tener la misma cantidad de arena que otros años, pero esperamos el proceso natural de restitución", indica.
Condición normal
Mauricio Molina, académico de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica y director del Sistema de Alerta de Marejadas de la U. de Valparaíso, dice que esta situación es algo que se repite en el tiempo. No obstante, asegura que en este momento "las playas mantienen una condición muy similar a la normalidad en esta fecha".
"Que la arena se vaya es un fenómeno mucho más rápido, porque depende de la marejada, que puede durar tres días. Esa misma arena que se va, puede demorar tres meses en volver. Por lo tanto, la playa no se va a recuperar completamente hasta que no cesen las marejadas", explica el experto, quien agrega que para la reducción de las arenas inciden también otros dos factores: extracción de áridos y la rigidización de los suelos.
"El oleaje se lleva arena, pero los esteros también la aportan. ¿Y qué pasa? Los esteros ya no están aportando sedimentos, porque se ven afectados por la extracción de áridos de la construcción y por la rigidización de los suelos, es decir, la pavimentación. Antes, con las calles de tierra, se formaban zanjas que aportaban sedimentos. Cuando se agote la arena en nuestras cuencas va a ser inevitable empezar a mirar a otros lugares para ver de dónde podemos sacar arena", precisa Molina.
Detalla que las playas de Cochoa, Placeres y en torno al muelle Vergara han requerido especial atención.
Luis Álvarez, director del Instituto de Geografía de la U. Católica de Valparaíso, coincide en que Viña del Mar es una ciudad que debe ser observada. "Un dato relevante es el muelle Vergara, que lleva cerca de 100 años instalado. Con esa referencia uno puede considerar que la playa ha retrocedido 37 metros, y eso es mucho, asumiendo que una playa se forma en dos millones de años", explica, atribuyendo el fenómeno a la urbanización y al cambio climático.
"La Playa Negra y la Bahamas son playas que desaparecieron, y la Playa Amarilla tiene problemas porque su alimentación era de las dunas de Concón, que se vieron afectadas por la urbanización", sostiene.
Comercio y municipio
A pesar de la situación, Dani Quijada, concesionario de la Playa Amarilla, mantiene expectativas positivas ante la temporada estival. "En comparación con años anteriores, la arena ha ido disminuyendo, pero en este momento se agrandó un poco. En cuanto a visitas, hay una cantidad de población que viene todo el año, así que creemos que va a entrar harto turista, porque la comuna es capital gastronómica y la gente llega igual".
Mientras, el alcalde de Concón, Óscar Sumonte, si bien reconoce la afectación de las playas mencionadas, dice que confía en su recuperación. "Esto ocurre todos los años, pero efectivamente se notó más este 2017, con las marejadas constantes, pero ya ha aparecido más arena. Eso puede cambiar de aquí al verano".
Añade que "hemos trabajado con los empresarios gastronómicos y hoteleros para que la gente venga, especialmente los santiaguinos y argentinos, que son los que más nos frecuentan", manifiesta.