Según un reciente informe de la Cepal, Chile es el país latinoamericano donde más ha aumentado el número de extranjeros en los últimos cinco años. Un alza que ha transformado el tema migratorio en materia ineludible no sólo para la agenda pública y las campañas presidenciales, sino también para eventos culturales e incluso la Teletón, que han aprovechado el fenómeno como instancia de intercambio e inclusión.
Esta parece ser la tendencia que predomina en los distintos espectáculos musicales que se realizan por estos días en el país, donde sólo en los últimos dos meses se contabilizan cerca de una decena de eventos que han optado por darle mayor protagonismo en su programación a las comunidades de inmigrantes. Tal fue el caso del Felabration, cita consagrada al género musical afrobeat que debutó en octubre con fechas en Santiago y Valparaíso, o el festival Carnaza de la V Región, que durante ese mismo mes dio un sitial destacado a agrupaciones haitianas y brasileñas.
A estos se suman Citylab, cumbre de música y creatividad iniciada ayer en el GAM, con un apartado especial destinado a su "beca migrante", y el Festival Migrantes, cuya tercera edición, celebrada el domingo pasado en Recoleta, reunió a agrupaciones locales, gitanas y también venezolanas, como Animales Migrantes y Carett Music.
"Este fenómeno creo que responde a la pregunta sobre quiénes somos los chilenos, con asumirnos como mestizos e incorporar ese legado en nuestra música", dice Pedro Foncea, nombre históricamente ligado a la herencia afro en el circuito local y fundador de De Kiruza, con quienes estará presente en el nuevo escenario que estrenará el festival Rockódromo de Valparaíso en febrero, dedicado a músicos extranjeros residentes en Chile como el haitiano Ralph Jean Baptiste y los brasileños Tuba Music.
Nuevos colores
Otro evento masivo que desde un comienzo generó un vínculo especial con las colonias extranjeras es Lollapalooza, que además de contar año a año con un importante porcentaje de público proveniente de otros países, y en sintonía con su cartel diverso en propuestas y nacionalidades, se ha preocupado de fomentar la participación de colonias extranjeras en sus actividades y servicios, algo que pretenden incrementar en 2018.
En marzo, además, el festival estrenará los resultados de su programa "Colores musicales", en el que una docena de jóvenes de origen haitiano participarán de un taller para grabar un disco y actuar en vivo en Kidzapalooza. "Ante este escenario actual, con miles de inmigrantes que llegan a diario, tenemos que pensar cómo nos hacemos cargo desde la música", señala Paloma Chicharro, directora de la Fundación Lotus. "Para nosotros, toda oportunidad de intercambio es provechosa", añade.