Fernanda Hansen visitó un lugar especialmente sensible para ella: la casa de Chicureo de Felipe Camiroaga. A pesar del dolor, la última pareja del fallecido animador se dio fuerzas y ayer, luego de asistir al funeral de la periodista Sylvia Slier -que integraba el equipo de TVN que se estrelló en Juan Fernández-, abordó una camioneta Chevrolet blanca y partió a toda velocidad rumbo a Chicureo.

Cerca de las tres y media de la tarde, Hansen cruzó las puertas del condominio donde está ubicado el hogar que Camiroaga levantó sobre las cenizas de su casa que se quemó en febrero pasado. A la parcela también arribaron los hermanos y el padre del malogrado rostro del matinal Buenos Días a Todos; junto a amigos como Arturo Walden, conocido como "El Kiwi", que era muy cercano al anfitrión del matinal, entre otros.

En Chicureo se hizo un almuerzo, para unirse y recordar a Camiroaga. Después, Hansen permaneció junto al grupo de familiares e íntimos durante toda la tarde en el lugar. Y cerca de las diez de la noche protagonizaron un especial homenaje. Invitaron a vecinos del mismo sector. En total, se reunieron unas 200 personas que encendieron velas, levantaron carteles y escucharon Angel para un Final, de Silvio Rodríguez, la canción que Camiroaga alguna vez había pedido que tocaran en su funeral.