Fernando Carvallo era reticente a referirse a la selección Sub 20. Hace más de un año el entrenador inició el proceso al que, hoy, Mario Salas le saca réditos con una histórica clasificación a la segunda ronda del Sudamericano de la categoría, con una inédita producción perfecta. "No quiero hablar porque no corresponde. Estoy muy contento. Esto es fruto de un trabajo muy largo. Hubo gente que creyó y nos dio todas las condiciones para realizar un gran trabajo. Se invirtió mucho dinero. A 14 meses del Sudamericano, buscamos por todo Chile a los jugadores que necesitábamos. Hablamos con todos los técnicos de la categoría. Por el proceso selectivo pasaron 53 jugadores. Eso tiene un costo alto. Siempre tuvimos el apoyo de la ANFP", dice a La Tercera.
Cuando comenzó este trabajo, ¿qué objetivo se planteó?
Siempre quisimos ir a jugar para ser campeones del Sudamericano. Estábamos seguros de que Chile estaba para quedarse con el título. Que ni Argentina ni Brasil eran tan poderosos como en otras versiones del torneo.
¿Qué observó en los jugadores como para ser tan optimista?
Uno de los criterios de selección fue establecer que estos jugadores iban a ser reemplazantes de los que estaban en la adulta. Así, por ejemplo, pensamos que Lichnovsky iba a ser el próximo Pablo Contreras.
Usted pudo haber estado ahí, pero el proceso lo cerrará Mario Salas...
No siento decepción alguna por eso. No hubiera estado tranquilo si me quedaba. Los valores no se transan. Pero esto no es mérito de Carvallo o de Mario Salas. Este equipo jugaría bien más allá del técnico.
¿Qué diferencias observa entre su estilo y el que impone Salas?
Más que referirme a eso, lo importante es que hay jugadores que están fundamentados, que tienen claros los conceptos futbolísticos. Cuando fuimos a Europa, la gente quedó sorprendida por eso. No quiero menospreciar a nadie. Los cuerpos técnicos tienen mucho valor, pero si voy a dirigir al Barcelona no me va a costar tanto, por la calidad de jugadores que hay ahí.
De igual forma, la comparación de ambas ideas futbolísticas es inevitable...
Los matices no son tan importantes. En el fútbol se puede jugar distinto. Lo realmente relevante es que este grupo estaba consciente del objetivo que tenía en el Sudamericano y de que, para cumplirlo, se requería eficacia. Recibieron mucha educación deportiva. En Europa ni siquiera salieron del hotel. No conocieron nada. Ni siquiera hubo expulsados. El objetivo no era Mendoza. Era Turquía. Eso se les dijo en agosto del 2011.
Las tarjetas rojas han sido, justamente, el principal problema en el Sudamericano...
Todas han sido evitables, pero no he visto mala intención. De todas formas, este equipo ha sido agresivo desde el comienzo. No sólo ahora.
¿Tendrá que ver el discurso que emplea el técnico?
A la hora de pasar la pelota, el "Che" Guevara no juega. No usa zapatos. Lo otro sirve. Las arengas y la motivación. Pero no juegan.