La tercera temporada de Los 80 se despidió anoche de las pantallas nacionales, con un episodio final lleno de emociones y que consagró a la producción de Canal 13 como una de las más logradas y de mejor sintonía del año. La muerte del padre de Juan Herera, la reconciliación de los patriarcas de familia protagonista y el exilio de Claudia marcaron el último capítulo, que dejó un final abierto y promedió 32,2 puntos de rating en su horario, con un peak de 40 puntos.

"La sintonía que ha tenido la serie es una cosa increible", dice de entrada Fernando Farías, el hombre detrás de Don Genaro, el dueño del almacén en la ficción. "La gente te dice en la calle 'yo la veo porque me recuerda mi juventud', y eso es muy bonito. Y lo mejor es que le ha ido bien sin decir garabatos ni poner mujeres desnudas, uno puede verla con el cabro chico, con la familia", agrega.

El actor está consciente que ahora el interés de los seguidores de Los 80 está puesto en la posibilidad de una cuarta temporada, que debiera ver la luz en 2011. Y pese a que su participación dice no está 100% cerrada, cree que seguirá actuando en un nuevo ciclo ya que según él "aún quedan muchas cosas por contar".

"En este momento los creadores están viendo qué van a hacer ahora. Sé que se seguirán tocando los sucesos que pasaron en esa época, pero van a haber cambios, por supuesto", asegura.

Si bien aún no ha habido aprobación oficial de Canal 13 para un cuarto ciclo, el equipo ya trabaja en un guión centrado en los sucesos locales del año 1986, entre los que destacará el atentado a Augusto Pinochet. En ese sentido, Farías anticipa que su personaje debiera agarrar cierto protagonismo, debido a su clara postura política a favor del régimen militar. 

"Don Genaro va a tener que tomar una posición, y claro que lo va a defender (a Pinochet). Me imagino que su postura se va a poner mucho más seria, se va a empezar a asustar, porque la cosa se pone más peluda", adelanta el actor.

Según Farías, el mayor acento político que tuvo la reciente temporada -que incluyó escenas de tortura y balaceras- es algo que debiera mantenerse o quizás acrecentarse en un nuevo ciclo. "Yo no sé hasta dónde se va a llegar, pero la gente está pidiendo más y más. Porque aunque suene increíble, hay gente que no cree que esas cosas pasaron".