España consiguió su segunda Eurocopa consecutiva, la tercera en toda su historia, tras derrotar 4-0 a Italia, en una final que no solo será recordada por ser la primera en la que se marcan cuatro goles, sino que además porque vio cómo Fernando Torres se transformaba en goleador del certamen, siendo suplente en prácticamente todos los encuentros.

El periplo de Torres durante el torneo fue notable. Jugó 16 minutos en el primer partido ante Italia, fue titular en el 4-0 ante Irlanda, donde marcó dos goles, y finalmente participó una hora en la victoria ante Croacia.

En segunda fase, en tanto, "El Niño" prácticamente no apareció en los partidos de España. De hecho, solo 23 minutos estuvo en cancha ante Francia y ni siquiera vio acción en las semifinales ante Portugal. La final contra Italia, entonces, sería la oportunidad perfecta para consagrarse entre los grandes.

Lo hizo. Entrando en la parte final del segundo tiempo ante los italianos, cuando el marcador estaba ya 2-0 a favor de los españoles, Fernando Torres se demoró nueve minutos en anotar su tercer gol, aquel que lo igualaba con otros cinco jugadores, entre ellos el "azurro" Mario Balotelli, pero que, gracias a su suplencia casi permanente en esta Eurocopa, le permitieron lograr el cetro de goleador, una alegría que se suma a la fiesta del bicampeonato europeo de España.