Un curvilíneo Ferrari 1957 fue el auto más caro vendido en subasta el 20 de agosto por un precio de US$16,4 millones en Gooding Co., coronando un fin de semana de ventas en el que los autos brillaron más que las acciones.
El prototipo Ferrari 250 Testa Rossa, que compitió en la carrera de 24 horas de Le Mans, se remató junto con cientos de otros autos de colección durante las subastas que coincidieron con la Semana del Automóvil de Monterrey en California, reunión anual de coleccionistas y otros fanáticos de los autos.
Pese a la reciente agitación de los mercados accionarios, los compradores compitieron activamente por los autos más buscados, batiendo récords para los autos y las casas de subastas.
"Los super-ricos siguen siendo super-ricos", dijo Marcel Massini, historiador de Ferrari de Suiza, que asistió a varias subastas la semana pasada. "Lo mejor de lo mejor se vende fácil e increíblemente caro."
"El hecho de que los mercados accionarios estuvieran volátiles casi nos ayudó", señaló Max Girardo, director gerente de RM Auctions en Europa. "Hace que los autos clásicos sean aún más deseables" porque se los ve como activos tangibles seguros.
RM Auctions estableció un nuevo récord para un Mercedes-Benz con la venta de un Spezial Roadster 540 K plateado de 1937 por US$9,7 millones. Había sido consignado por Sam Mann, coleccionista de Englewood, Nueva Jersey. El mismo modelo hace cuatro años obtuvo US$8,25 millones, según Girardo.
Más satisfacción
"En una época en que el dinero rinde prácticamente menos que el índice de inflación, invertir en activos tangibles como los automóviles ofrece mejores retornos", expresó Dave Kinney, colaborador de la revista Automobile. "Y dan más satisfacción."
El lote más caro de Bonhams, un BMW 507 Roadster de 1957 con el motor reconstruido por Motion Products Inc., se vendió por US$1 millón, alcanzando el máximo precio estimado de preventa.
Uno de los lotes estrella, un Rolls-Royce New Phantom 1925, diseñado especialmente para las expediciones de caza del tigre de Bengala que realizaba el Maharajá de Kotah, no se vendió. Se esperaban ofertas de entre US$750.000 y US$1 millón.
También quedó sin vender una Coupé Rolls-Royce Silver Cloud III Drophead 1963 que había pertenecido a Sammy Davis Jr. y cuyo precio se estimaba entre US$475.000 y US$550.000.
En Gooding, un Duesenberg 1931, por el cual se esperaba sacar US$7 millones, se vendió por US$10,34 millones, batiendo el récord de US$4,5 millones por un "Duesy" en esa subasta y estableciendo un récord para un auto estadounidense.
Un león como mascota
El auto fue encargado por el capitán George Whittell Jr., que tenía un león como mascota y una propiedad de 40.000 acres (16.000 hectáreas) en Lake Tahoe. Liquidó toda su cartera de acciones por US$50 millones apenas dos semanas antes del crack bursátil de 1929.
En RM Auctions, el Porsche 911S 1970 color gris pizarra de Steve McQueen, que aparece en la película de Hollywood "Le Mans", se vendió por US$1,4 millones, estableciendo un récord para ese modelo en un remate.
Gooding vendió la moto Brough Superior SS80 1981 negra de McQueen por US$176.000, mientras que su precio estimado de preventa era de US$100.000 a US$200.000.
Un Aston Martin de Peter Madoff, hermano del estafador Bernard L. Madoff, se vendió por US$247.500 en RM Auctions. El producto de la venta se distribuirá entre los inversores que perdieron US$19.000 millones en el fraude financiero.