Cuando Lissette Orozco (1987) era una niña, tenía una heroína: su tía Adriana, que vivía en el extranjero. La sobrina miraba con admiración su actitud de mujer aguerrida, de mundo, y feliz recibía los regalos que le traía a Chile. Pero el año 2007, tras una de las tantas despedidas en el aeropuerto, Adriana no pudo tomar su vuelo de vuelta a casa. Fue detenida frente a los ojos de su sobrina, por su presunta participación en violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar.
La tía de Lissette es Adriana Rivas González, quien durante su juventud ingresó a trabajar en la DINA, la policía secreta de Pinochet, donde llegó a ser la secretaria personal de Manuel Contreras y miembro de la Brigada Lautaro.
A Adriana Rivas la apodaban la Chani y se le acusa de haber participado en la tortura, secuestro y desaparición del dirigente comunista Víctor Díaz, en mayo de 1976.
Hoy se encuentra prófuga de la justicia chilena: cuando en medio de la investigación de su causa se le otorgó la libertad condicional con arraigo, huyó a Australia. Su sobrina, Lissette Orozco, ahora es cineasta, y se apronta a estrenar en el Festival de Cine de Berlín El pacto de Adriana, documental que trata el caso de su tía.
Contradicciones
"Es una película desde el punto de vista familiar, para mí no es un documental sobre una ex secretaria de Manuel Contreras, sino un documental sobre mi tía. La búsqueda de reconstruir la figura de alguien a quien yo admiraba", dice Lissette Orozco en entrevista con La Tercera. "Yo la idolatraba, era mi tía del extranjero, la que hacía callar a los hombres. Cuando niña soñaba con ser como ella, era una figura de admiración. Yo tenía 19 años cuando la tomaron presa y no entendía el motivo. Sentí un quiebre y empecé a grabar intuitivamente", cuenta la realizadora.
Tras la detención de Adriana Rivas, su sobrina empezó a escarbar en los secretos familiares, aquellos temas de los cuales nunca le hablaron. Quiso conocer el pasado de su tía Adriana, entrevistó a abogados, expertos, víctimas de la dictadura militar y a su propia familia. "Cuando empecé a investigar, mi tía contaba una historia que no tiene nada que ver con La danza de los cuervos ni con los otros libros que hablan en su contra. A veces mantuve la esperanza de que estaban cometiendo una injusticia con ella. Viví una constante contradicción, mientras mi tía me decía que me quería, por otro lado me contaban que había hecho cosas terribles".
Adriana Rivas ha negado toda participación en los hechos que se le imputan. Tras su fuga, se instaló en Australia, país que negó la solicitud de extradición por parte de la justicia chilena. Allí ha enfrentado funas y protestas fuera de su hogar, también ha generado polémicas: "La tortura es necesaria", declaró al medio australiano SBS Radio, reconociendo que los mejores años de su vida fueron los que vivió en la Dina.
Nada que perder
Todos aquellos episodios sucedieron mientras mantenía una fluida comunicación con su sobrina a la distancia. Lissette Orozco la había convencido de grabar un documental que ayudara a enfrentar el caso. Le envió una cámara y sin tener mucha claridad de lo que estaba haciendo, grabó todas las conversaciones que mantuvieron. Mientras registraba las primeras imágenes, la sobrina dudaba, no estaba segura de lo que estaba haciendo, ni se imaginó en qué iba a terminar el material.
El pacto de Adriana es el resultado de la búsqueda que inició Lissette Orozco hace 7 años, para encontrar la verdad sobre el caso de su tía. Adriana Rivas reclama su inocencia y busca demostrarla a través de la película que está grabando su sobrina, quien no sabe si creerle o no. La directora intenta resolver las dudas a través de una investigación que considera entrevistas a testigos y conversaciones con sus familiares.
"Postulamos (al festival) porque no teníamos nada que perder. Cuando supimos que quedamos, fue una gran sorpresa", dice Lissette Orozco refiriéndose al estreno mundial de su primer largometraje, confirmado oficialmente dentro de Panorama Dokumente, el apartado documental del Festival Internacional de Cine de Berlín, cuya 67ª edición se realizará entre el 9 y 19 de febrero.
Estreno y polémica
Si bien Lissette Orozco ya ha participado en la realización de otros trabajos cinematográficos, como guionista en Ni contigo, ni sin ti de Sebastián Silva y como asistente de dirección en Matriz de Joanna Reposi, El pacto de Adriana es el primer largometraje que dirige.
"Estrenar tu primera película en un festival Clase A como lo es el de Berlín, podría ser el sueño de cualquier cineasta. Obviamente estoy súper feliz, pero también estoy asustada por el nivel de polémica que puede llegar a generar la película. Sé que estoy metida en algo complicado, pero creo que es una película necesaria de mostrarse", comenta.
El pacto de Adriana también formará parte de la competencia de Largometraje Iberoamericano Documental del Festival de Cine en Guadalajara, que se realizará en marzo. El estreno en Chile está previsto para octubre de este año: "Quizás en Chile las personas de izquierda no van a querer ver la humanización de mi tía, y las de derecha esperarán que no cuente tanto", dice Lissette Orozco respecto al impacto que puede llegar a generar la película en el país. "Sólo espero que el espectador chileno vaya sin prejuicios a verla", concluye.