Eliseo Subiela es uno de los pocos directores latinos que despierta pasiones. Para bien o para mal. Hombre mirando al sudeste (1986) fue una cinta de culto en Chile y con El lado oscuro del corazón (1992) llenó salas. En ellas y en otros títulos como Ultimas imágenes del naufragio o Las aventuras de Dios dio rienda suelta a un romanticismo algo cursi, imágenes fantasiosas de aliento poético y un tufillo trascendentalista con las que ganó no pocos detractores.

Ahora el director argentino regresa con No mires para abajo, una cinta que reitera sus obsesiones románticas, pero en lugar del camino de la idealización, explora abiertamente el sexo. La cinta, que se exhibe hoy en el Festival de Cine Las Condes 2010 -organizado por el municipio, Fundación CorpArtes y La Tercera-, narra una historia de iniciación sexual de tintes "educativos" que fue definida en su país como un "Kamasutra criollo".

El filme cuenta la historia de Eloy (Leandro Stivelman), un joven que trabaja en la empresa de lápidas de su familia. Luego de morir su padre, conoce a una bella joven (Antonella Costa) que es algo así como una especialista en mejorar la calidad de las relaciones sexuales, y quien lo introduce en el sexo tántrico. La cinta causó controversia en Argentina por lo explícito de sus escenas, llevando incluso a Subiela a definirla como una "cinta derechamente antiporno que hay que ver bajo los ojos de Eros". El filme fue premiado en los festivales de Guadalajara, Montreal, Lérida y Madrid.

Se exhibe a las 22 horas en el Rosedal del Parque Araucano.