"En ese momento no habían más temas ensayados y seguimos con la pauta. Lamentablemente el público no lo entendió así y en ese momento comenzaron las pifias". Esas fueron las palabras con que Alex Hernández, director general de la edición 58 del Festival de Viña del Mar se refirió a la salida de la cantante chilena Mon Laferte del escenario de la Quinta Vergara la madrugada del sábado, en la conferencia final del evento, donde también participaron sus conductores, Rafael Araneda y Carolina de Moras.
Una decisión que provocó que despertara el temido Monstruo del certamen viñamarino tras seis noches de música, humor y una corrección quebrada sólo por el extraño incidente vivido en la galería durante el show de Rodrigo Villegas. Un renacer que dejaba patente la molestia del público luego de que la cantante afincada en México lograra emocionarlo con canciones como Amor completo, obteniendo las Gaviotas de Plata y Oro, pero no fuera oído cuando pedía el galardón de platino para la también jurado del certamen.
Eran la tres de la mañana y las pifias se apoderaron de la Quinta luego de que Araneda y De Moras trataran de calmar los ánimos explicando que no existía la posibilidad de una Gaviota de Platino, ya que el premio había sido fabricado para dárselo a Isabel Pantoja. Esto sólo aumentó la molestia entre los presentes, quienes se hicieron escuchar durante 20 minutos, incluso mientras se presentaba la canción que ganó la competencia folclórica y luego se premiaba su versión internacional.
Y fue precisamente en esta última etapa donde de nuevo la controversia se hizo presente, con dos situaciones que se escaparon completamente del libreto festivalero. La primera de ella estuvo protagonizada por Mario Domm, vocalista del grupo Camila y presidente del jurado, que dijo compartir la molestia del público por no darle la Gaviota de Platino a Mon Laferte y entregársela sólo a Pantoja, "la persona menos humilde que conozco arriba del escenario". Así, el mexicano saldaba su molestia con la española, luego de que ella reprendiera a parte del jurado por no prestarle atención a su show.
El otro momento estuvo a cargo de la representante de Cuba y una de las favoritas de la competencia internacional, Danay Suárez, quien ya había provocado un hecho inédito, luego de cambiar la letra de su canción y obligar a revisar las bases del certamen musical. Esto no le permitió acceder al máximo galardón, que recayó en España, pero por su calidad musical se le entregó una distinción especial. La misma que recibió con la lectura de un mensaje de la Biblia, mientras aún resonaban las pifias.
Cuenta final y piscinazo
Pero la conferencia final no sólo se centró en el despertar del Monstruo. Hernández y los conductores también se refirieron a sus buenos resultados de sintonía, siendo lo más visto de la TV nacional durante sus jornadas, y el buen recibimiento a los artistas de su versión 2017. "El festival cumplió las expectativas mucho más allá de lo que estábamos esperando", afirmó Hernández, mientras Araneda remarcó su carácter solidario, porque: "no sólo se utilizó para recaudar dinero, que es algo necesario pero a la vez frío, sino que se hicieron cosas para hacerle cariño a la gente"
En tanto, pasado el mediodía de este domingo, se efectuó el tradicional piscinazo de la Reina del Festival, luego de que su versión original no pudiera concretarse por la protesta que efectuaron pobladores de una toma viñamarina, el sábado afuera del Hotel O'Higgins. Así, la actual soberana y representante del matinal Bienvenidos, de Canal 13, Kika Silva concretó su salto al agua ataviada por un simple bikini negro, luego de que desechara repetir el trabajo de diseño corporal en que se había trabajado para la cita original. Una decisión tomada para efectuar una presentación sencilla que solidarizara con las víctimas de los aludes. "No podemos celebrar tanto, tenemos que hacer algo más austero. Había que hacerlo de otra manera", aseguró Silva.