Asegurando que hablaba en nombre de Hugo Chávez y bajo sus órdenes, el vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, exhortó el pasado 28 de diciembre a las Fuerzas Armadas de su país a mantener la doctrina militar bolivariana.
"Aquí hay una revolución militar en marcha y debe ser permanente. No puede detenerse", señaló el mensaje supuestamente enviado desde Cuba por el convaleciente mandatario. A juicio de los analistas, este discurso fue uno de los indicios explícitos sobre la importancia que los militares están adquiriendo como árbitros en la lucha de poder que se estaría gestando al interior del chavismo, personificada en las figuras de Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

El diario español El País destacó que en el acto en que el vicepresidente leyó el discurso, realizado en la Base Aérea Teniente Luis del Valle García, en el estado de Anzoátegui, también se hizo presente Cabello, ex teniente del Ejército y rival de Maduro en la línea sucesoria, vestido con una casaca verde oliva de tinte castrense.

A comienzos de diciembre, coincidiendo con el viaje de Chávez a Cuba para operarse y con la designación de Maduro como "sucesor" en caso de que algo le sucediera, las FF.AA. expresaron su fidelidad al presidente, manifestando que garantizarían con su vida la "patria socialista conquistada". "Le reiteramos que somos fieles a su persona, a la revolución y al pueblo", señaló en una carta el ministro de Defensa, almirante Diego Molero.

De acuerdo con el periódico español, en Venezuela ya se dio inicio a la transición post-Chávez. En cualquier escenario, el visto bueno militar "parece imprescindible", agrega. Y más que el poder de fuego, la importancia de la institución está dada por el control logístico y administrativo que mantiene sobre funciones vitales del Estado. De hecho, los militares ocupan tres carteras en el gabinete. Del mismo modo, 11 ex oficiales o suboficiales, designados como candidatos del oficialismo por el propio Chávez, fueron elegidos el pasado 16 de diciembre gobernadores de otras tantas provincias de las 23 que conforman Venezuela. Además, los militares se han integrado de manera orgánica en la conducción del aparato paraestatal de asistencia y control social.

Así, los aspirantes a suceder a Chávez intentan ganar el favor de las Fuerzas Armadas. Si bien Maduro pareciera llevar la ventaja luego que el propio Chávez lo designara como su "sucesor", la mayoría de los oficiales del Ejército que hoy tienen mando de tropa forman parte de la promoción de 1987, la misma de Diosdado Cabello.

Aunque tanto Maduro como Cabello y la oficialidad coincidirían en la conveniencia de llevar la transición por cauces constitucionales, también hay quienes creen que no descartan escenarios más sombríos. En una columna publicada el domingo en el diario El Universal, el ex canciller y ministro de Defensa del gobierno de Carlos Andrés Pérez, Fernando Ochoa, aseguró que "el oficialismo intentará conservar el poder por cualquier medio, incluyendo un golpe de Estado".

A la espera de lo que acontezca el próximo 10 de enero, cuando Chávez debería iniciar su nuevo mandato, ayer el secretario ejecutivo de la opositora Mesa de la Unidad, Ramón Guillermo Aveledo, instó a las autoridades a declarar la ausencia temporal del presidente debido al cáncer que lo aqueja, que a juicio del líder opositor, le impide el ejercicio de sus funciones como jefe de Estado. "Hacer creer al país que el presidente está gobernando es una falta de seriedad que alcanza niveles de irresponsabilidad, de abuso de su persona, de su nombre, así como de todos los venezolanos", señaló.

En respuesta a los dichos de Aveledo, Cabello, a través de su cuenta Twitter, dijo que los seguidores de Chávez tienen "muy claro" lo que tienen que hacer en los próximos días. "Ocúpense de lo que harían ustedes", le pidió a la oposición.