El próximo 22 de marzo, la Cámara de Diputados elegirá a la mesa directiva que estará frente a la corporación durante el último año de este período legislativo. El acuerdo de la Nueva Mayoría establece que será el diputado PS Fidel Espinoza el presidente del hemiciclo por los próximos 12 meses. El diputado, cuestionado muchas veces por ser polémico y confrontacional, asegura que dará garantías de ecuanimidad y responsabilidad política.

Para este último año de la administración Bachelet, el gobierno busca impulsar una serie de iniciativas legislativas. ¿Hay viabilidad para sacarlas adelante?

Acá tenemos que tener, por sobre todas las cosas, la unidad dentro de la Nueva Mayoría para apoyar al gobierno en la agenda, que es bastante ambiciosa para el último año, pero que se enmarca dentro de la realidad de país que tenemos hoy, y, por otro lado, también dentro de los compromisos que se adquirieron en el programa de gobierno.

¿Cree que están las condiciones para asegurar la unidad de la Nueva Mayoría para este año?

Es necesario y fundamental fijar una fisonomía de un compromiso político para la unidad política de la Nueva Mayoría, para poder seguir dándole gobernabilidad a nuestro país, eso es clave, y esto se logra, por cierto, con un acuerdo programático. Pero es el gobierno el que tiene que saber articular una agenda que nos una como coalición más que nos divida. Una agenda que en definitiva sea constructiva, más que una agenda que saque a relucir en los próximos meses, antes de las elecciones, nuestras diferencias. Ahí deberá estar la inteligencia del gobierno.

¿Usted cree que está la voluntad por parte del gobierno de generar una agenda que produzca unidad y no diferencias? Se lo pregunto porque da la impresión de que la Presidenta y sus ministros quieren sacar adelante los compromisos, independiente de la posición de los partidos.

Ahí se producen algunas dicotomías, porque tú no puedes presentar un proyecto por querer sacarlo para cumplir con el programa, como es el caso de los gobernadores regionales, porque eso más divide que lo que nos une dentro de la Nueva Mayoría. Eso es un ejemplo concreto de las cosas que no deben hacer. Es necesario que la agenda que se construya sea una agenda lo más consensuada posible, para que en estos meses que se nos avizoran en el futuro sean meses donde trabajemos y naveguemos y rememos todos para el mismo lado, que en función de diferencias que se pueden presentar en iniciativas legislativas.

Y en esta voluntad que usted plantea que se debe generar, ¿cuál espera que sea su rol como presidente de la Cámara?

En mí van a encontrar un presidente que les va a dar garantías a todos, no solo a los parlamentarios de la Nueva Mayoría, para dirigir la corporación en el momento más difícil de la política chilena. Tendré un rol importante para decir y pedirle a nuestro gobierno que como parlamentarios no solamente seremos un mero buzón de lo que el Ejecutivo quiera imponernos para el último año como agenda legislativa, sino que también vamos a recoger el sentir de nuestros ciudadanos. Yo siempre he sido súper leal al gobierno, pero esa lealtad jamás debe confundirse. Seré garante de que la voz de los 120 diputados, y en particular de los más de 60 de la Nueva Mayoría, se hagan sentir en La Moneda, para que le digamos a nuestro gobierno que vamos a legislar los temas que ellos nos propongan, pero que esta no es una tarea unilateral.

Usted asumirá la presidencia de la Cámara en un año electoral, donde gran parte de los parlamentarios buscará la reelección. ¿Qué garantías dará en un período tan complejo?

Este será un año atípico, un año muy diferente. Pasamos de un parlamento de 120 a 155 parlamentarios, en donde la gran mayoría de los que vamos a la reelección enfrentamos escenarios electorales inciertos y desconocidos. Porque no hay ningún parlamentario, excepto los de algunos distritos que casi no se modificaron, donde vamos a tener que redoblar los esfuerzos en zonas que no conocemos mayormente, por lo tanto, habrá un grado de incertidumbre en la elección o en la reelección de cada uno. Este desafío podrá implicar asistir a actividades durante la semana y eso me preocupa. Cada bancada tiene que adquirir el compromiso de garantizar un mínimo de parlamentarios que asistan a las sesiones. No podemos, en este año electoral, permitir bochornos de ningún tipo que hagan que una sesión fracase porque no tuvimos el número mínimo de parlamentarios para legislar.

Hay sectores que han cuestionado su nominación, por ejemplo, hay parlamentarios de la UDI que han adelantado una censura en su contra. ¿Qué les dice?

Que tengan la tranquilidad que así como en su momento cuestionaron cuando yo recibí la comisión más compleja que hemos tenido en estos últimos años, como fue la comisión Penta, les di garantías a todos, y todos se dieron cuenta que el presidente que eligieron les dio transparencia y pluralismo a una comisión que tenía una enorme complejidad. Sé que no va a ser fácil la tarea porque tengo que asumir un rol distinto al que he tenido estos años, pero lo voy a hacer primero con la humildad que siempre he tenido para trabajar. Voy a actuar con ponderación, ecuanimidad y, por sobre todo, con responsabilidad política.

¿Eso significa que está dispuesto a dejar su perfil polémico?

He sido duro en mis posiciones, muchas veces he sido categórico en mis exposiciones, pero también sé que desde la testera se juega otro rol y ese rol tiene que ser donde prime el ser ponderado, el poder dar garantías a todos, y le pido a quienes me han cuestionado que evalúen mi rol después de un par de meses y se van a dar cuenta que tendrá una persona que trabajará por el bien del Congreso en su integridad y conjunto.