Las autoridades aprobaron US$430 millones para la filial local de la ensambladora estadounidense General Motors (GM) para cubrir sus compras externas en los próximos seis meses, pero la empresa sostiene que el monto es insuficiente para reactivar sus operaciones que se paralizaron el pasado 19 de junio por tres meses.
Venezuela mantiene desde el 2003 un control de cambio, y todos los importadores están obligadas a recurrir a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) para obtener las divisas oficiales que se cotizan a la tasa de 2,15 bolívares fuertes por dólar.
Desde la segunda mitad del año pasado los importadores y empresarios vienen denunciando que el Cadivi ha incurrido en demoras en la entrega de los dólares oficiales, situación que se ha generado por la caída de los precios petroleros, que son la principal fuente de ingresos de divisas del país.
El presidente de General Motors Venezolana (GMV), Ronaldo Znidarsis, indicó que el gobierno le informó a la mayor ensambladora del país que entre junio y diciembre "teníamos derecho a US$430 millones" para cubrir sus importaciones.
Znidarsis señaló que el monto de divisas aprobado "no resuelve el problema" de la deuda de US$1.150 millones que mantiene GMV con sus proveedores internacionales, y solo le permitiría mantener uno de los tres turnos de sus dos plantas de producción de vehículos y camiones.
Entre mayo y junio pasado el gobierno le entregó a GMV 120 millones de dólares para cancelar parte de las obligaciones que mantenía con sus proveedores internacionales, lo que le permitió reducir su deuda total a US$1.150 millones, precisó el directivo.
"A los proveedores internacionales mientras nosotros no les presentemos un plan de pago de la deuda vencida concreto no nos van a despachar más material", afirmó Znidarsis a la salida de una reunión con los integrantes de la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional, donde se analizó el cese de operaciones de la ensambladora que genera la mitad de los vehículos del país.
GMV paralizó el 19 de junio la producción de vehículos de pasajeros por unos tres meses debido a la falta de piezas generada por el atrasado del gobierno en la entrega de los dólares para importarlas.
Al ser preguntado sobre si GMV está en capacidad de reactivar sus operaciones en septiembre, Znidarsis dijo que "en este momento" no hay condiciones de reiniciar su producción en tres meses. "Cada semana de retraso, en tener un plan de pago para los proveedores, y que los proveedores no acepten ese plan de pago, es una semana de retraso en el inicio de las operaciones", añadió.
Znidarsis admitió que "cuatro meses de parada no van a poner en una situación de solvencia y liquidez muy, muy crítica".
En relación al comunicado que difundió en la víspera el Ministerio para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias en el que desestimó la situación de GMV, y atribuyó sus problemas a la crisis que enfrenta su empresa matriz en Estados Unidos, Znidarsis dijo que el "único impacto" que han recibido las filiales de GM es que "no vamos a tener más soporte financiero" cuando tengan problemas.
Agregó que como parte del plan de ayuda financiera que acordó el gobierno estadounidense para GM, se estableció que "ningún dólar sale de Estados Unidos para soportar ninguna operación".
El directivo sostuvo que la cifra que difundió el gobierno en cuanto a que GMV habría importado 151.115 vehículos en el 2007 es "no correcta", debido a que ese año la empresa importó sólo 79.000 unidades, y fabricó en el país 71.000 autos.