UN CAMBIO en la política de dividendos de las empresas chilenas es uno de los efectos prácticos que tendría la eliminación del Fondo de Utilidades Tributables FUT, (que registra las utilidades no retiradas de una sociedad por sus accionistas), creen especialistas tributarios. El fin del FUT fue planteado esta semana por la candidatura a la presidencia de Michelle Bachelet, que propuso para su eventual gobierno una reforma tributaria que busca recaudar 3% del PIB, unos US$ 8.200 millones. La propuesta considera el fin del FUT al cuarto año de la reforma, pero no afecta la tributación del registro acumulado en los últimos treinta años.
La política, creada en 1984 con el fin de incentivar la reinversión y la capitalización de las utilidades, establece que las empresas pagan el impuesto de Primera Categoría (20% en la actualidad) sobre sus rentas devengadas. El impuesto pagado por las empresas sirve a sus dueños como crédito para pagar su Impuesto Global Complementario, gravamen que tiene una tasa máxima de 40% y que hoy sólo se paga por las utilidades que se retiran. El régimen propuesto por Bachelet establece que todas las rentas paguen ahora sobre base devengada. No es lo único: la tasa máxima a las personas caería a 35% y la tasa corporativa subiría a 25%, reduciendo la actual diferencia de 20 puntos a 10 puntos.
El socio Líder Tax de la consultora KMPG, Francisco Lyon, dice que este es un cambio trascendental al actual sistema tributario, ya que el pago de impuesto ahora se hará sobre base devengada y no percibida a nivel de los dueños, como ocurre actualmente. Agrega que cuando las utilidades no son retiradas o distribuidas por la empresa a sus dueños finales, no queda afecta a otros impuestos, "pero cuando tales utilidades son distribuidas a sus dueños finales, se afectan con los denominados impuestos finales, adicional (35%) o Global Complementario, según sea el caso, con derecho a usar como crédito el referido impuesto de Primera Categoría".
LAS CIFRAS
Según cifras del Servicio de Impuestos Internos (SII), en 2010 el 30,9% de las utilidades generadas por las empresas fueron retiradas por sus accionistas. En 10 años, la cifra llegó a un peak de 35,4% en 2003 y a su menor nivel de 27,3% en 2005. En promedio, en una década se acercó al 31,78%.
El resto, quedó en el FUT de las empresas. Hasta este año, el registro acumulado del fondo suma del orden de US$ 274 mil millones, lo que equivale a cerca de 87% del PIB.
Las grandes empresas, listadas en el Ipsa, en su últimas juntas de accionistas celebradas en marzo y abril establecieron un pago de dividendo que varía entre el 30% -el mínimo establecido por la ley para las sociedades anónimas abiertas- y el 100% de sus utilidades de cada año. Firmas como Falabella, Cencosud, Colbún, Paz y Embotelladora Andina distribuyen el mínimo (ver infografía).
MAYORES REPARTOS
Con la eliminación del FUT, las empresas podrían modificar sus políticas de dividendos y distribuir un porcentaje mayor de sus ganancias. Ello -advierten distintos expertos- porque los accionistas, enfrentados al pago por la totalidad de las ganancias de una sociedad, preferirán retirar sus utilidades para financiar la mayor carga tributaria y pagar el diferencial entre Primera Categoría y Global Complementario que hasta ahora podían diferir en el tiempo.
"Claramente habrá un impacto en la inversión, porque se tendrá una política de mayor distribución de utilidades y dividendos y con eso, ya no está el incentivo a reinvertir", dice el socio del área Tax y Legal de la auditora BDO, Rodrigo Benítez.
En opinión de Juan Pablo Cabello, abogado de Cabello, Letonja y Compañía, "no habrá un incentivo tributario a ahorrar a nivel de empresas, lo que debería conllevar a una mayor distribución de las utilidades a los accionistas", sostiene. A su juicio en todo caso, este fenómeno no debería ocurrir a nivel de las grandes empresas, "cuyas políticas de inversión y ahorro dependen de muchas otras variables adicionales a la impositiva".
Especialistas dicen que una mayor distribución podría ocurrir a futuro en las sociedades de inversión, las que, según el SII, han registrado el 52% de las utilidades con tributación pendiente.
TRIBUTACION DOBLE
Según plantea Rodrigo Benítez, la eliminación del FUT podría tener el "defecto legal" de generar una tributación doble. "Si se distribuyen dividendos que vienen de las utilidades pasadas, y que tengo en el FUT, voy a tener que pagar el impuesto final. Pero, adicionalmente, hay que pagar por las utilidades del año. Eso va a complicar las políticas de distribución de utilidades", explica.
Si esto es así, indica, una recomendación es que las empresas constituyan una nueva sociedad con el fin de que las nuevas utilidades que se generen sean distribuidas de manera inmediata y separarlas, con ello, del stock acumulado en el FUT histórico.
Pablo Vera, abogado experto tributario y socio líder de Tax y Legal Deloitte comparte esa visión. "Al principio, las empresas pasarán a tributar por partida doble, sobre base devengada por la utilidad que generó la empresa en el ejercicio y por los dividendos que se distribuyan con cargo al FUT acumulado antes de su eliminación, que están pendientes de tributación con los impuestos finales", explica.
Juan Pablo Cabello opina lo mismo: "No existirá el incentivo de suspender los retiros ya que la tributación a nivel de los socios se generará indistintamente a si efectúa el retiro o no", explica. Cabello agrega que al menos la propuesta de eliminación del FUT zanja uno de los aspectos que mantenía atento al mercado y que se refiere al FUT acumulado. "La propuesta señala que no se modificará el régimen actual al FUT existente, lo que excluye la posibilidad de que se estableciese un gravamen especial a dichas partidas".
El ex ministro Andrés Velasco ha propuesto cobrar un interés anual a las empresas por el FUT histórico acumulado.