Wii es la quinta consola más venida de la historia. En sus siete años de ventas, logró despachar más de 100 millones de unidades. Por eso, Nintendo pusomuchas expectativas en Wii U, su sucesora, lanzada en 2012.

Pero hasta el pasado 30 de septiembre, el modelo sólo había vendido 13,36 millones de unidades, lejos de las marcas de otros productos de la firma nipona, como GameCube (2001-2007) que logró vender 21 millones de unidades y la Nintendo DS (1996-2002) que superó los 154 millones, y de sus competidores generacionales, PlayStation 4 y Xbox One.

Por eso no extrañó que el fin de semana surgieran rumores que afirmaban que Nintendo anunciaría este viernes el fin de la producción de Wii U por su flojo desempeño.

En septiembre de 2013, el aparato arrastró a Nintendo a una pérdida de US$1.200 millones en su valor como compañía. En enero del año siguiente, proyectó una pérdida operativa para el año que finalizaba en marzo y redujo su pronóstico de las ventas anuales de la Wii U en más de dos tercios.

Las últimas cifras oficiales de la empresa son desalentadoras y proyectaron un aproximado de ventas de la consola de apenas 800.000 unidades para todo el año, un modesto número que obligó a recortar los objetivos de ingresos y beneficios que tenían presupuestados.

Pese a que la empresa aseguró a través de un comunicado que no habrá cambios en su producción de Wii U -"a pesar de que la Nintendo Switch ya ha sido anunciada, la producción de Wii U continuará" señaló la firma en su sitio web en Japón- el rumor parece tener asidero.

No es la primera vez que Nintendo sale a desmentir una noticia. En 2012 negó un informe del sitio Nikkei que postulaba que el Nintendo 3DS sufriría un rediseño con una pantalla que tendría 4,3 pulgadas. Sin embargo, meses más tarde, Nintendo lanzó su portátil 3DS XL, con las características que Nikkei ya había anunciado.