Esta historia no se ha escrito. Y los que podrían haber sido sus protagonistas esperan que no sea la última oportunidad de hacerlo, aunque la edad se oponga. Hoy se disputará la final de la Arusa y, tras 13 años, se vuelven a encontrar dos clubes clásicos del rugby nacional: Universidad Católica y Stade Français. "Esa vez ganaron ellos, venían muy bien", recuerda Hernán Baeza, histórico segunda línea del club galo y de Los Cóndores, mientras sorbe una cerveza. La bebe porque sabe que no podrá jugar. A los 46' de la semifinal ante Cobs debió ser sustituido por un corte en el tendón de Aquiles. Estará tres meses fuera, como mínimo.

Es el local Lomit's de Providencia, una pequeña mesa al fondo, reúne a dos amigos, como tantas otras veces. Junto a Baeza está Cristian Manzur, tercera línea del quince cruzado y otro emblema del rugby nacional, capitán durante años de la selección chilena. Ambos tienen 40 años y han pasado tres cuartos de la vida sobre una cancha de rugby.

Las bromas asoman de inmediato ante una mesa que se hace expresivamente diminuta ante este par. "Éste es el único rubio del Stade junto al Nacho Silva (seleccionado nacional de seven a side)", ironiza de entrada Manzur y ambos estallan en carcajadas. A Stade Français se le apoda como los 'rotos' en el folclor rugbístico, aunque es sólo el apelativo, deja en claro Baeza.

La amistad entre ellos comenzó hace más de dos décadas. Los dos hicieron juntos todas las inferiores junto al quince patrio. En 1994 formaron parte de una de las selecciones juveniles más brillantes de Chile, Campeona del Mundial B de Francia. Allí, Manzur debió oficiar como segunda línea y aunque nunca pudo acostumbrarse a la posición, porque juega de octavo, Hernán supo apoyarlo y guiarlo en cada scrum.

La primera consulta es la lógica. ¿Cómo hace un jugador de 40 años para mantenerse vigente en el rugby? "¡Qué pregunta sacaste! - comenta entre risas Tuto Manzur- Hay que tener mucho aguante y una señora que te entienda. Eso, básicamente.

Lo interrumpe Baeza para aclarar: "Yo estoy separado, pero con novia. Cuando estuve casado, puse de inmediato los puntos sobres las íes. Todas comulgan con el rugby al principio, pero después siempre terminan sacándolo en cara".

Entrenamientos tres veces por semana y los sábados en cancha… "La pasión que despierta este deporte lo vale todo", aseguran ambos. Con veinte años en la elite del rugby nacional, queda de manifiesto que esta frase no es sólo retórica de camarín.

Cristian fue parte de la generación más brillante y campeona de la UC (pentacampeones entre el '95 al '99) y que, incluso, jugó simultáneamente desde 2000 a 2002 el Torneo del Oeste de la Unión de Rugby de Cuyo, en Argentina.

A Hernán, aunque no es tan ganador con su club, el talento que posee lo mantuvo en la selección de Chile hasta 2003, cuando debió abandonarla porque se mudó a México. Incluso, recién llegado al país azteca fue invitado a participar junto a esa selección en un amistoso frente a un combinado británico.

Ambos son referentes en sus clubes. Los dos aportan en cancha la experiencia necesaria para estas instancias. Es tanto el respeto que despiertan en sus equipos, que los más jóvenes ni siquiera se atreven a tutearlos. "Hay uno que todavía me trata de usted ¿Lo puedes creer?", interpela Baeza a Manzur, y las risas y bromas por la edad y el carnet vuelven a aparecer.

¿Qué pronóstico tienen para el duelo de esta tarde (16.30, en San Carlos de Apoquindo)? Tuto cree que "puede pasar cualquier cosa. Ya lo vieron en las semifinales, donde pasamos los dos que no eran favoritos". Baeza coincide y asegura: "Será un partido de ida y vuelta".

Manzur apenas prueba su cerveza, mientras Baeza ya casi la acabó. A las 20.30 debe estar en San Carlos de Apoquindo listo para entrenar. Nada de alcohol. Y pese a que aún no sabe si será titular hoy, debido a una molestia en la rodilla. "Con tantos partidos encima, doy gracias por seguir jugando", se conforta.